Abuso de soberanía paraguaya en Itaipú

El Brasil está viviendo un momento crítico en su sistema eléctrico. Los reservorios de las numerosas centrales hidroeléctricas que posee –y que abastecen la mayor parte del sistema eléctrico brasileño– están en su nivel mínimo, al mismo tiempo que crece la demanda con nuevos máximos históricos. El precio de mercado a corto plazo de la energía eléctrica en el Brasil, el denominado “precio de liquidación de diferencias” (PLD), alcanzó su techo máximo (el Gobierno no deja que suba más), de 822 reales por MWh, unos 335 US$/MWh al cambio de la fecha. Ello quiere decir que el sistema eléctrico brasileño, para satisfacer la demanda eléctrica, debe quemar hidrocarburos (gas natural, y/o derivados de petróleo) que cuestan, como mínimo, 335 US$/MWh.

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Bajo tales circunstancias –que pueden llegar incluso a un catastrófico racionamiento, como padeció el Brasil en el 2001 y 2002, con costos por encima de 1.000 US$/MWh–, la conducción brasileña del sector eléctrico busca obtener energía barata de donde sea. En el 2001/2 el Brasil consiguió que el Gobierno paraguayo le entregue –sin cobrar nada, sobre la mesa al menos– la energía paraguaya del embalse de Itaipú, autorizándose que la cota o altura del embalse baje hasta el nivel de 215,35 metros sobre el nivel del mar (msnm). En aquella ocasión se generaron unos 1.800 GWh adicionales a partir del agua del embalse (entre las cotas 219 y 215,35 msnm), lo que le significó al Brasil un ahorro superior a 1.800 millones US$, sin que tal país haya pagado absolutamente nada al Paraguay, propietario del 50% del agua y la energía contenidas en el embalse y usadas.

Durante el gobierno de Fernando Lugo, reivindicamos la soberanía hidroeléctrica y el mismo Brasil aceptó que el Paraguay podrá venderle su energía al mercado brasileño, a precios de mercado (acuerdo del 25 de julio del 2009). Ante las propuestas brasileñas de utilizar el agua del embalse en diversos años posteriores, la respuesta del gobierno de Fernando Lugo fue que, si el Brasil querría utilizarlas, debería pagar el precio de mercado. Hubo intentos fuertes del Brasil, pero el Paraguay se negó a que se use el agua del embalse, que es 50% paraguaya, si es que tal país no accedía a pagar el precio de mercado, como corresponde y fue acordado en julio del 2009.

Ahora, según informa “Folha de S. Paulo”, el nivel del embalse de Itaipú descendió a 215,5 metros sobre el nivel del mar (msnm), cuando que no se puede bajar de la cota 219 msnm sin afectar la soberanía nacional, pues el agua embalsada es 50% paraguaya. Ello indica que se ha utilizado agua y energía del embalse de Itaipú comprendida en una altura de (219,0 – 215,5 =) 3,5 metros, lo que da, a una capacidad aproximada de generación de 500 GWh/metro de altura del embalse, 1.750 GWh. El 50% (875 GWh, o bien 0,875 millón de MWh) es agua soberanamente paraguaya y el gobierno de Cartes ha permitido su uso –y abuso– sin que se nos pague absolutamente nada.

A los actuales precios de mercado en el Brasil, de 335 US$/MWh, el Paraguay dejó de percibir (335 x 0,875 =) 293 millones US$, que nada mal nos vendría para que nuestros hospitales vuelvan a tener siquiera aspirinas, jeringas y gasa, o para construir 29.000 viviendas populares de 10.000 US$ cada una, que generaría mucho empleo, sin necesidad de endeudarse.

Hay que acotar que, al permitir el Paraguay que se usen las aguas binacionales del embalse de Itaipú a cambio de recibir el precio de mercado, al mismo tiempo se destrabaría su uso total y el Brasil se beneficiaría también con su parte, lo que da un beneficio igual (293 millones US$), equitativo al que tendría el Paraguay. Lo que ahora se ha hecho es que el Brasil “use y abuse” del agua paraguaya del embalse de Itaipú, que “use y abuse” de la soberanía paraguaya. No nos paga nada y ellos tienen un beneficio que es por lo menos del doble de lo que deberíamos haber percibido, de (293 x 2 =) 586 millones US$. Así, asimétricamente, Brasil ganó 586 y el Paraguay 0 (cero), avasallando, para peor, nuestra soberanía.

Está establecido, en el acuerdo del 25 de julio del 2009, que la ANDE podrá vender la energía paraguaya de Itaipú al mercado brasileño. ¿Por qué no exigió el gobierno de Cartes que se nos pague, por nuestra agua/energía del embalse de Itaipú, lo que cualquier empresa privada afincada en el Brasil cobra (el PLD, igual a 335 US$/MWh)? ¿Por qué no se hizo respetar la soberanía hidroeléctrica nacional? Al parecer, el “uso y abuso” de nuestra soberanía no es tan solo una frase mal dicha por Cartes, sino una práctica comprobada y concreta de su gobierno. Con este hecho ahora se entiende un poco mejor qué significa el “nuevo rumbo”: es, en realidad, la vuelta al “viejo rumbo” del abuso de los poderosos en contra de la soberanía nacional, como lastimosamente registra nuestra historia.

* Parlamentario del Mercosur y excoordinador de la Comisión de Entes Binacionales Hidroeléctricos (2008-2012)

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