Cumplir el tratado, para luego encarar Corpus

Surge la información de que habría predisposición de referentes del gobierno de Cartes para encarar Corpus –así como Aña Cua y la instalación de otras unidades más en Yacyretá– con la Argentina en el marco del Tratado de Yacyretá y, se afirma, con apenas soluciones parciales a los problemas arrastrados. No es este el mejor enfoque de los intereses nacionales, pues la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) tiene una práctica inequitativa que va a ser difícil de cambiar, aún si se resolvieran los graves incumplimientos del tratado y, en general, de los principios de soberanía y equidad.

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A fin de “dar luz verde” a nuevos emprendimientos binacionales con la Argentina, a nuestro entender habría que cumplir dos requisitos: primero, el pleno cumplimiento del Tratado de Yacyretá, que pasa por una deuda cero, libertad para exportar la energía paraguaya de Yacyretá a terceros países, un precio justo para la energía paraguaya que va a la Argentina, libre acceso a toda nuestra energía y efectiva cogestión plena, y, segundo, un nuevo tratado para el caso de Corpus, que sea enteramente equitativo y con plena soberanía para nuestro país, desde un inicio.

¿Qué sentido tendría avanzar en la instalación de nuevas unidades generadoras en Yacyretá, en la central del Aña Cua o incluso en Corpus, si es que antes no se llega a una operación enteramente equitativa, con plena soberanía y respeto a lo establecido en el tratado?

Un primer punto que se tendría que cumplir de inmediato es que la deuda de Yacyretá debería ser cero, pues así lo establece el Anexo C del Tratado, de que los ingresos deben ser iguales a los costos y que la deuda debe ser cero desde marzo de 2014 (Art. IX). Si queda alguna deuda remanente, la misma debe ser prorrateada entre las entidades eléctricas que llevaron la energía (95% la Argentina, 5% el Paraguay) y no pagaron lo suficiente para que tal deuda sea cero.

Un segundo punto es que, según establece el mismo tratado, el Paraguay disponga libremente de su energía para exportarla a terceros países a precios de mercado, correspondiéndole a la Argentina apenas el derecho de preferencia (igualar la mejor oferta), con lo cual el Paraguay siempre tendrá el mejor precio posible de la región.

Un tercer punto es, para el caso de la energía paraguaya de Yacyretá que vaya a la Argentina (y no exista oferta de un tercer país), que se nos pague el precio justo, acorde con los actuales precios de mercado, o costo de oportunidad en la misma Argentina, tal como Bolivia ya lo consiguió en el caso de su gas natural, que la Argentina le paga según las cotizaciones internacionales del fueloíl y del gasoíl.

¿Por qué a Bolivia la Argentina le reconoce un precio de mercado para su gas y al Paraguay no le reconoce el precio de mercado para su energía eléctrica?

Un cuarto punto es que nuestro país pueda tener pleno acceso a su propia energía, lo que exige la modificación de las barras de Yacyretá que se conectan con el sistema eléctrico paraguayo, una obra permanentemente demorada por la Argentina. Dado que nuestro país tendrá en operación en poco tiempo más (2016) la línea de 500 kV entre Ayolas (Yacyretá) y Villa Hayes, es imperioso que se termine tal adecuación de las barras de la central hidroeléctrica paraguayo-argentina.

Finalmente, aunque no menos importante, es que exista una efectiva plena cogestión, con depósito del 50% de todo lo ingresado en bancos paraguayos y bajo administración nacional. La Argentina (Ebisa) debe pagar sus cuentas y, si no lo hace, se le deben cargar intereses moratorios e, incluso, cortar el suministro eléctrico. La Argentina sostiene, en su disputa con los fondos “buitres”, con profusión de datos, que es un país buen pagador; de lo que se trata es de que efectivamente ese cumplimiento se realice también en Yacyretá, puntualmente.

Ninguna obra eléctrica binacional con Argentina (ni más unidades en Yacyretá, ni el Aña Cua) debe ser encarada antes que se cumplan los cinco puntos citados. Además, en el caso de Corpus, aún si llegara a funcionar efectivamente bien Yacyretá a nivel equitativo y de cumplimiento de su tratado, lo más razonable es que se firme un nuevo tratado enteramente equitativo desde un inicio, incluso con una clara partición de la central en dos centrales, una argentina y otra paraguaya, de manera a que no queden dudas del manejo enteramente soberano de nuestra parte.

¡Que se hagan obras binacionales con la Argentina!, pero con el cumplimiento previo del Tratado de Yacyretá y el pleno respeto a la soberanía e intereses nacionales, así como con nuevos instrumentos jurídicos –un nuevo tratado equitativo, en el caso de Corpus– que garanticen nuestra soberanía.

Parlamentario del Mercosur

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