Menores ultrajados

Los abusos sexuales en niños y adolescentes aumentan con el paso de los días en el Alto Paraná.

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Casi a diario, los informes oficiales revelan con crudeza este flagelo; vidas inocentes destrozadas con la bestialidad o el silencio cómplice de quienes deben proteger a los menores.

El abuso sexual es un drama que afecta a todos los estratos sociales. Y lo peor es que en la mayoría de los casos, el victimario es una persona cercana a quien la sufre; padrastros, tíos, abuelos, hermanos, padres, vecinos y profesores.

Se han presentado casos terribles en que las mujeres abusadas tuvieron hijos de sus propios padres.

Muchas decidieron sufrir en silencio años de ultraje por temor a una sociedad que, antes que defender, “señala”, juzga y condena a las víctimas.

El caso más emblemático es la violación y posterior asesinato de las hermanitas de 6 y 8 años de edad, ocurrido el 4 de marzo pasado, en el Kilómetro 30 de Minga Guazú. Las pequeñas fueron abusadas con saña y luego asfixiadas hasta la muerte.

Otro caso salió a luz el viernes. Se trata de dos hermanitas, también de 6 y 8 años de edad, que fueron sometidas sexualmente por un ebrio, aparentemente pareja de la madre.

Sorprendentemente, la mujer inventó una historia inverosímil para defender a su “hombre”. Incluso se habría negado a denunciar el hecho, pero finalmente dijo a los policías que los autores fueron “siete desconocidos”. El deleznable hecho ocurrió en el distrito de Minga Porã.

Los casos están engrosando las estadísticas, pero la situación al parecer no llama la atención de las autoridades judiciales, de los religiosos y de la propia sociedad que parece estar cada vez más enferma.

Se debe tener en cuenta que se trata de una de las peores formas de maltrato infantil y que afecta la vida presente y futura de quien lo sufre.

Pero en Paraguay, abusar de un menor es menos grave que el abigeato (robo de ganado). Ambos son considerados delitos, pero este último tiene un castigo máximo de hasta 10 años de cárcel, mientras que para los violadores de niños la pena mínima es de tres años de prisión o multa.

Pese a ser muy cuestionada la legislación, nadie se preocupa en su modificación, mientras los casos de abusos en menores van en aumento.

silvia.sosa@abc.com.py

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