Paraguayísimas leyes

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Se acostumbra decir que en nuestro país las únicas leyes que se cumplen a rajatabla son las del ñembotavy, del mbarete, del pokarê, de la gravedad y alguna que otra por el estilo. El resto, desde la Constitución Nacional para abajo, son “violables” prácticamente sin consecuencia. El “firmatón” por la reeleción es la mejor prueba.

Otra cosa en la que somos especialmente habilidosos en nuestro país es en el “negocio” de “inventar un problema” para luego “vender la solución”. Esto se da hasta en la más remota y perdida oficina pública hasta en los grandes centros de decisión.

El comentario viene a cuento de la oportuna aparición de “vendedores de soluciones” en las interminables filas de vehículos de turistas argentinos que todos los días se forman para regresar de Encarnación a Posadas. Los avivados de siempre, en complicidad con funcionarios corruptos, alimentan esa imagen de que somos un país de piratas, y daña terriblemente los grandes esfuerzos por crear un ambiente propicio para la venida de turistas a disfrutar de los atractivos que ofrece Encarnación.

Muchos conductores, cansados de esperar, o acompañados de niños pequeños, acceden a la “oferta” de adelantar en forma indebida en la fila, a cambio de 200 a 500 pesos, dependiendo de la “cara del cliente”. Esto ocurre en una zona de control de la Policía Municipal de Tránsito de Encarnación y de efectivos de la Marina paraguaya.

La solución del problema pasa por la voluntad política de los gobiernos de Paraguay y Argentina. Por una decisión de respetar elementales derechos de los ciudadanos de ambas orillas que por el motivo que fuere necesitan cruzar la frontera. Derechos que comprometen su condición de persona humana.

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La penosa situación que se vive diariamente en el puente internacional, que en lugar de unir separa a Encarnación y Posadas, hasta ahora tiene por respuesta las paraguayísimas leyes del ñembotavy, del mbarete y del pokarê.

jaroa@abc.com.py