Los agentes capturaron igualmente a Isaías Acosta, hermano de Felipe. Otro de los implicados sería Alcides Ferreira López, alias "Toto", quien se encuentra prófugo, al igual que los cuatro peones identificados como Hugo Bordón, Osvaldo Martínez, Eladio Antonio Meaurio y Pablo Casco. Todos llevaban unos siete meses de trabajo con el ciudadano nipón.
Felipe Acosta llevó a la comitiva hasta el lugar donde fue sepultada la víctima. La cabeza del japonés fue envuelta en una bolsa, a escasos ochenta centímetros de la superficie.
Los vecinos se enteraron de la desaparición del colono -que vivía solo en una propiedad de 161 hectáreas- después de recibir versiones de que el personal del establecimiento se encontraba vendiendo ganado de la hacienda. Los peones informaron, sin embargo, que el oriental salió de su vivienda el día 17 de febrero, a las 08:00 aproximadamente, y que desde entonces no había vuelto.
En vista a la prolongada ausencia, vendieron algunos animales para mantener en funcionamiento el aserradero. Sin embargo, existe un faltante de unos 30 animales, según Jorge Shirosawa, miembro de la Asociación Japonesa. La víctima, días antes, también había percibido unos 7 millones de guaraníes por la venta de madera, por lo que el móvil habría sido el robo.