El asesor legislativo de la Presidencia, Hernán Huttemann, anunció ayer en rueda de prensa, sorpresivamente, el nombramiento de Cecilia Pérez como nueva ministra de Justicia, en reemplazo de Éber Ovelar, quien renunció al cargo por motivos de salud.
Pérez venía desempeñándose como viceministra de Política Criminal del Ministerio de Justicia. Tras una reunión con el jefe de Estado en Palacio de López, Pérez informó posteriormente a los periodistas que recibió la instrucción de continuar en la lucha contra el crimen organizado y de seguir con la tarea de reformar el sistema penitenciario. “Estoy asumiendo este desafío tras acompañar inicialmente al ministro Éber Ovelar, quien por estrictos motivos de salud y por tener necesidad de someterse a un tratamiento médico presentó su renuncia. Vamos a continuar con los proyectos para mejorar el sistema penitenciario”, dijo.
Pérez manifestó que el sistema penitenciario es un aspecto muy importante, teniendo en cuenta que está relacionado directamente con la seguridad nacional, pero también con el aspecto de tratamiento a las personas privadas de su libertad que tienen condenas.
Remarcó que se trabajará en lograr una reforma real del sistema penitenciario. “Pueden tener la certeza de que quedarán sentadas las bases para que quienes vengan después puedan continuar con esta necesidad imperiosa dejada de lado por años, que es la crisis que genera en la seguridad nacional el sistema penitenciario”, enfatizó.
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La ministra remarcó que el Jefe de Estado le instruyó a seguir en el camino de la lucha contra el crimen organizado. “Nosotros no podemos esconder debajo de la alfombra la presencia del crimen organizado que genera conflictos en los centros penitenciarios”, expresó.
Pocas semanas
El 12 de septiembre pasado asumió el cargo de ministro de Justicia, el exdiputado colorado Éber Ovelar en reemplazo de Julio Javier Ríos. Éber es hermano del senador de Colorado Añetete Silvio Ovelar. El ahora exministro asumió la cartera de Justicia ante los graves hechos acaecidos en la Costanera de Asunción, tras la liberación del narco Jorge Teófilo Samudio, alias Samura.
En ese entonces, la administración de Ríos era muy cuestionada por varios hechos, como la masacre de miembros del clan Rotela en San Pedro, entre otros.