–¿Usted sigue en Cuba?
–Oficialmente sí, pero desde hace más de un año que no entro porque tienen un caso penal en mi contra. Entonces, una vez que ingrese al país presumiblemente voy a prisión.
–¿Cuál es el cargo?
–Instigación a delinquir por crímenes contra la seguridad del Estado. Yo coordino la plataforma ciudadana “Cuba Decide”, que promueve un plebiscito para forzar a los criminales en el poder a someterse a la voluntad soberana de la ciudadanía.
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–¿Quiénes son los criminales?
–El consejo de ministros, los generales que están en el poder desde hace 60 años: Raúl Castro...
–¿Quiénes son los que mandan en Cuba?
–Raúl Castro todavía...
–No el que figura como Presidente...
–El que figura como Presidente, Miguel Díaz Canel, dijo muy claramente en su primera alocución a la nación (10 de octubre de 2019), que las decisiones más importantes las seguirá tomando Raúl Castro. Es casi lo mismo Maduro, quien dice que es su protector y mentor. El embajador cubano es por ejemplo miembro del consejo de ministros de Maduro...
–Raúl Castro tiene como 90 años...
–Sí, 88. Pero recordemos que no está solo. Existe todo un aparato de inteligencia que es el que en realidad gobierna Cuba. La cúpula de ese aparato de inteligencia es responsable por cada una de las actividades represivas o cada uno de los crímenes que se cometen, y también por las actividades criminales que van más allá de las fronteras del país.
–Desde afuera, lo único que se conoce es Raúl Castro, hermano de Fidel, y ahora Díaz Canel...
–Está el general Ramiro Valdez, el señor López Callejas, que es el yerno de Raúl Castro. Todos ellos deberían recibir sanciones internacionales como lo hacen con Maduro y los que sostienen su gobierno autoritario. Nosotros llevamos 61 años bajo el yugo de una dictadura atroz sin posibilidad alguna de elegir un Presidente.
–Dónde está su familia...
–Mi familia inmediata, mi madre y mis hermanos viven en Estados Unidos. La única que regresó a la isla fui yo después del asesinato de mi papá en el 2012. Nosotros recibíamos amenazas de muerte, hostigados, perseguidos físicamente...
–¿Qué era, qué le pasó a su padre?
–Mi padre, Oswaldo Payá, era de profesión ingeniero y profesor de Física en La Habana. Desde que yo me sentí, mi padre ya era perseguido porque estaba vinculado a la lucha por los derechos humanos en Cuba. Su lema era la unión de los cubanos para reclamar nuestros derechos. Eso en Cuba le puede costar al ciudadano la cárcel, la pérdida del trabajo, la escuela. Desde que soy pequeña he estado viviendo este tipo de persecución, el aislamiento, el bullying en la escuela, coordinado por los agentes de inteligencia que coaccionan a los maestros para que persigan a los hijos de los disidentes, a las personas que piensan distinto y que se atreven a expresarlo. Muchos de mis amigos no pudieron terminar la Universidad porque fueron expulsados o porque simplemente no soportaban el ambiente represivo. En Cuba se reprime no solo a la persona. Se reprime a su familia, los hijos y amigos. Es una realidad que yo viví toda la vida...
–¿Cómo mataron a su padre?
–El murió por una orden que solo pudo provenir de Raúl o Fidel Castro. Lo asesinaron en 2012. También fue asesinado un joven líder de nuestro movimiento, Harold Cepero, de 32 años. Fue un atentado. El único informe legal independiente, elaborado por una organización internacional concluye que fue un atentado a manos de agentes del Estado. Con criminales en el poder se hace de la ley lo que quieran. Cuba Decide, nuestra plataforma, es una propuesta supra constitucional. Estamos recorriendo los países de la región como Paraguay para que los gobiernos en representación de sus pueblos apoyen el derecho a decidir del pueblo cubano en plebiscito para poder cambiar su sistema y tener elecciones libres. Más allá del plebiscito, se trata de someter a una dictadura criminal a la voluntad soberana de la ciudadanía. Tal como en Venezuela o Nicaragua o donde haya una dictadura en el poder, eso solo ocurre a partir de la presión ciudadana, de la movilización pero requerimos de mucho apoyo internacional. El Gobierno del presidente Mario Abdo ha sido muy activo en la defensa de la democracia en Venezuela. La dictadura cubana ha sido el motor coordinador de la misma. La dictadura de mi país es la que inficiona las democracias de la región. El sistema de inteligencia del castrismo ha estado infiltrándose y no cesa en su plan de desestabilización. En los últimos 13 meses lo hemos visto actuar con mucha intensidad...
–¿Insinúa que el régimen cubano tuvo injerencia en todas esas manifestaciones violentas en Ecuador, Bolivia, Chile?
–Es de conocimiento público. Se los ha visto actuar con mucha intensidad en Bolivia, en Ecuador. El Gobierno de Lenin Moreno denunció que 250 cubanos con pasaporte oficial habían entrado una semana antes de la crisis en ese país. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha denunciado el trabajo esclavo al que eran sometidos los médicos cubanos y cómo estas misiones médicas también son usadas para infiltrar agentes de inteligencia. De 702 médicos que estaban operando en Bolivia, 497 ni tan siquiera tenían título de médico. Son datos del Gobierno constitucional que sucedió a Evo Morales. Fíjese, el desafío que tiene Colombia al asumir ese inmenso grupo de refugiados venezolanos que tiene. Cada uno de los países sudamericanos acoge a miles de ciudadanos de ese país que escapan de ese gobierno autoritario patrocinado por los criminales que monopolizan el poder en Cuba. Creo que Paraguay también tiene numerosos refugiados venezolanos. Mire lo que pasa en Nicaragua. Son los tentáculos de Cuba que amenazan constantemente la paz y la estabilidad.
–¿Qué quieren los disidentes?
–Que utilicen las herramientas del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) para combatirlo. Ese tratado se ha sido activado en ocasión de la crisis venezolana y que nosotros creemos que debe ser también usado para frenar a la dictadura cubana. Creemos que hay varios gobiernos de la región que están dispuestos a tomar una posición más coherente y de apoyo directo al pueblo cubano y nos parece que el Paraguay tiene toda la vocación de estar en esa alineación de países.
–El caso Chile, ¿también es injerencia cubana?
–De Chile también se ha expulsado a cubanos y venezolanos. Todos estos fenómenos no ocurren en el vacío. Por supuesto que también hay descontento en las sociedades de la región, hay problemas que se tienen que resolver. Pero bajo ningún concepto se debe permitir la injerencia de un sistema de inteligencia extranjero en los asuntos internos de los países, incluso causando o promoviendo disturbios y violencia.
–En Bolivia hubo un corte casi traumático con la salida de Evo Morales, un hermano siamés del gobierno cubano...
–Totalmente. De hecho, el gobierno constitucional (de Jeanine Añez) ha empezado a hacer las investigaciones pertinentes y ha denunciado que prácticamente la seguridad del Estado boliviano estaba en manos del G2 castrista. Nosotros visitamos a la presidenta Añez hace tres semanas. La respuesta del régimen cubano fue tan violenta, tan insultante que Bolivia rompió relaciones. Los últimos insultos los recibió la Presidenta con motivo de la reunión que sostuvo con nosotros. Ellos utilizan su llamada cooperación en su objetivo de dominación. Ya lo habían denunciado varias ONG y el mismo presidente Bolsonaro ha denunciado ante la asamblea de Naciones Unidas el trabajo esclavo al que eran sometidos los médicos cubanos en Brasil a través del programa “Más Médicos”. En Venezuela es terrible. El médico gana alrededor de 16 dólares al mes. Todo es a cambio de petróleo y efectivo para los bolsillos de los mandamases de la isla.
–¿Hoy se puede hacer activismo político?
–Se hace cada vez más a pesar de que la represión es cada vez peor. Ahora mismo, mientras estamos conversando, uno de los líderes de la plataforma Cuba Decide, Daniel Ferrer, está en prisión hace cinco meses. Ha sido torturado, sufrido muchas vejaciones. Otros 130 presos políticos soportan las mazmorras del régimen. El descontento en la isla es muy grande. El despotismo y la violencia también aumentan. Por eso es tan importante el apoyo internacional para terminar con tanta impunidad.
–¿Qué quieren de los países...?
–Les invitamos a dar un paso más y enfrentar a la raíz del mal que inficiona la democracia en la región.
–Pero el régimen sigue incólume...
–El derecho internacional tiene las herramientas. Se pueden recurrir a sanciones políticas, diplomáticas, sanciones económicas a los responsables...
–¿Romper relaciones?
–Es la acción que tomó el Gobierno constitucional de Bolivia, pero hay muchas más acciones dentro del derecho internacional. Por ejemplo, los países miembros del TIAR hace unos meses publicaron una lista de 29 criminales dentro de la dictadura de Nicolás Maduro que están enfrentando sanciones. Esa lista debería alargarse a los responsables de la dictadura cubana. Es inconcebible que se trate todavía a la dictadura cubana como si no fuera tal. Sus exponentes no deberían ser aceptados en ningún foro internacional. No deberían ser tratados como iguales, y eso es algo que corresponde hacer a cada uno de los gobiernos democráticos de la región en apoyo al pueblo cubano y al resto de la región.
holazar@abc.com.py