Cuquejo reclamó defensa de la vida con valentía

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Defender la vida, sin miedo y con valentía, desde su concepción hasta su término natural, reclamó ayer el arzobispo de Asunción, Mons. Pastor Cuquejo, a las autoridades en el tedeum que ofició en honor a la patria. “Los que sueñan con la potencia del visionario, serán los nuevos próceres”, dijo.

El oficio religioso de acción de gracias por el 202º aniversario de la Independencia del Paraguay tuvo lugar en la Catedral Metropolitana. Al acto asistieron el presidente de la República, Federico Franco, quien estuvo acompañado de su esposa y otras altas autoridades nacionales y extranjeras.

En su homilía Cuquejo, quien en esta ocasión estuvo acompañado del nuncio Eliseo Ariotti y otros obispos, resaltó que los nuevos cristianos están llamados a vivir con entusiasmo el amor de los unos a los otros, como Cristo amó a sus apóstoles.

En otra parte de su alocución, Cuquejo recordó que los próceres de mayo llevaban en el corazón el deseo de que el pueblo gozase de una patria libre e independiente y tenían la certeza de realizarla con fe, coraje y esperanza. “El patriotismo que los caracterizaba era una expresión clara y concreta de su amor por el pueblo y de gestar una patria nueva”, explicó.

Invitó a los presentes a tener a Dios en el centro de nuestras vidas, de nuestras actividades. “No lo dejemos encerrado en las Sagradas Escrituras. No lo escondamos en la oscura profundidad de nuestra conciencia, o cubierto bajo el viejo manto del respeto humano”, resaltó.

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Seguidamente, abogó por la promoción y la defensa de la vida en todo momento, sin miedo y con valentía. “Que los vientos del relativismo moral pierdan su ímpetu ante el frente de la resistencia espiritual y científica. Un pueblo que ama la vida desde su concepción hasta su término natural, reconocerá el valor de los niños y ancianos, dentro del designio del creador”, reflexionó. Agregó que el amor conyugal y la fidelidad deben ser los retenes de las olas del mundo, que conspiran en contra de esta obra maravillosa que es la familia.

“Soñar es bueno, pero no el sueño que termina al amanecer y deja al soñador en el fango de la ignorancia o la educación mediocre. Soñar es mirar en la lejanía del tiempo y dar los primeros pasos al frente. Con una educación que produzca frutos permanentes, en el campo de la cultura, la economía y la política, se levantarán los barrotes del destierro”, resaltó.

Finalmente, exhortó a soñar con la potencia del visionario, porque ellos serán los nuevos próceres en la formación de una personalidad firme y decidida; serán los nuevos próceres animados por la sabiduría que nos da el Espíritu de la Verdad”. Esta vez muy poca gente asistió al principal templo capitalino. Quienes estuvieron solo ocuparon la mitad de los bancos y el vacío era muy notorio.