El temor al virus pareciera ser un asunto menos preocupante, lo que más duele enfrentar es el hambre y las necesidades que pasan las familias en los barrios más marginales de la ciudad de Capiatá. Quedarse en casa sin nada que comer es el problema mas grave y lo que más cuesta sostener, principalmente porque los niños y niñas piden a sus madres algo de comida.
El Asentamiento Niño Jesús alberga a unas 65 familias y cuenta con una comisión vecinal dirigida por Vidal Vera. La Municipalidad de la zona envió hace unos días 102 de kit de alimentos al asentamiento.
Alrededor de Niño Jesús, hay otros dos asentamientos San Bernardo y Virgen del Carmen y el barrio San Francisco que alberga a unas 25 familias que no recibieron igual que los otros dos asentamientos los kit de alimentos porque no cuentan con una comisión vecinal y no están “organizados” según dijo Vidal Vera.
Pelea constante entre vecinos por un plato de comida
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
¿Qué tienen derecho a comer familias en los barrios marginales? siendo un sector con una mayor población concentrada en cientos de niños, niñas, adolescentes y jóvenes. En medio de esta crisis y aislamiento, el principal alimento diario es el cocido negro que algunas veces va acompañado de alguna galleta.
La Municipalidad de Capiatá dio el ejemplo de valoración que tienen hacia una población que se dedica a la chatarrería y reciclaje, y que viven en una precaria vivienda entre cinco a seis personas. El kit de alimentos que enviaron contenía: un paquete de harina de un kilo, arroz medio kilo; un paquete de fideos, aceite de medio litro, un litro de leche, un paquete de medio kilo de azúcar, una yerba de medio kilo y un pequeño detergente.
Vera comentó que la Municipalidad envió 102 kits de alimentos.
“A mi como presidente de la comisión vecinal me avisaron y repartimos a la gente, en el asentamiento Niño Jesús donde vivimos 65 familias y los kits que sobraron repartimos a los que viven más hacia el bajo y los que viven alrededor. Lo que pasa que no les llegaron los alimentos a las demás personas porque no tienen comisión vecinal organizada”.
La otra condición que explica Vidal es que para retirar los famosos kits debían de presentar las cédulas de identidad a pesar de ser todos vecinos y residentes en el asentamiento, o sea se tiene una clara evidencia de quiénes viven en el lugar y las necesidades básicas que todos padecen por igual.
“La condición que nos dieron desde la Municipalidad es entregar un paquete de kit a cada familia presentando la cédula de identidad. Por eso, algunos no recibieron porque no tenían su cédula”, explicó el dirigente.
Blanca Chamorro tiene cuatro hijos menores de edad, vive a media cuadra del asentamiento Niño Jesús, en el barrio San Francisco. Al igual que sus vecinas no recibió ninguna ayuda, ningún kit de alimento de la Municipalidad o Gobernación, ni el kit escolar. Así como tampoco la ayuda monetaria del Gobierno.
Édgar Espínola, nos cuenta que la mayoría de las personas trabajan juntando chatarra y ahora cerraron todas las chatarrerías y prácticamente no tienen ingresos económicos para ir a comprar alimentos. “Yo vivo en el barrio pero trabajo en una fábrica tengo un salario fijo, pero el resto de la gente trabaja en la construcción y ahora no tienen nada. Hay también discusiones con la Policía porque la gente sale a buscar algo y esta les obliga a regresar sin nada”.
