Primeramente, el director de prensa de la SEN, Jorge Brítez, en horas de la mañana de ayer manifestó que no sabía la hora y el lugar donde se haría la entrega.
Los pobladores del Bañado avisaron el momento en que se estaban bajando los insumos en el Centro Comunitario Cristo Solidario en 42 proyectadas y Capitán Figari.
En horas de la tarde insistimos en conversar con el encargado de despacho Miguel Curita de la SEN y manifestaron que estaba en una reunión. Volvimos a insistir varias veces, pero no atendió su celular.
“El hambre, la desesperanza, la falta de empleo, el ser bañadense pareciera que es una carga muy pesada y una condena al abandono. Quiere decir que un niño del Bañado Sur no tiene derecho a consumir por día 1 litro de leche, pero sí a pasar hambre y llevar una mala alimentación”, dijo Cira Novara.
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Según la misma, una de las grandes consecuencias que va a sufrir el país a partir de esta pandemia y de la no acción del Gobierno es el aumento de la desnutrición infantil y de la muerte temprana por contraer enfermedades por la mala alimentación. “Le estamos condenando a esta población en su gran mayoría de niños y jóvenes a seguir viviendo mal. Acá la desesperanza es muy fuerte. Otro aspecto grave es que las autoridades están instalando que las ollas se van cerrando. Las ollas se van terminando por la falta de insumos porque cuesta sostenerlas”, sostuvo.