A 18 años de su accidente, Adriana se pasa largas horas en comunicación con sus amigos virtuales de internet.
“La tecnología me permite estudiar para estar capacitada siempre, hacer amigos, conocer avances médicos sobre la lesión que tengo en la médula espinal, leer libros que no encuentro en librerías por Paraguay y dentro de mis posibilidades puedo colaborar para que otros jóvenes o niños que están en mi misma condición, descubran las infinitas posibilidades que las nuevas tecnologías nos ofrecen”, destacó.
Dijo que una computadora e internet son como el agua. “Te sacian la sed o te ahogan, o como el fuego que calienta tu comida, pero también puede quemarte, todo depende de cómo la utilicemos” indicó.
La vida social y de amistades de Adriana Trigo son casi todos virtuales. “Diariamente entro en foros de internet, es mi forma de socializar, me encanta leer libros y como mis movimientos físicos son limitados hago lo que está a mi alcance”, manifestó y agregó que su trabajo con la redes sociales para Pronet también lo hace desde su casa con su computadora y cuando tiene que salir lo hace con la ayuda de su padre Teodoro.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
En el 2001 viajó a Méjico 15 días con pasajes y estadía pagados por la Universidad Tecnológica de Monterrey, México, donde realizó cursos de accesibilidad arquitectónica.
“Desde hace 4 años trabaja en Pronet donde afirma son como una gran familia, tiene mucha contención y apoyo de parte de todos sus compañeros y jefes. Está en el departamento de comunicación”, resaltó a la vez de agregar que está estudiando licenciatura en Marketing y Publicidad en la Universidad Americana de Asunción en la modalidad virtual.
Además está siempre trabajando como voluntaria en Parigual (www.parigual.org), un grupo de jóvenes que quiere que se vea a la discapacidad como un condicionante pero no como un determinante en las posibilidades de desarrollo de una persona.
El año pasado hizo el curso de capacitación sobre la Vida Independiente de Personas con Discapacidad que tiene por objeto contribuir a la creación de la sociedad en que las personas con discapacidades puedan vivir de manera independiente en sus comunidades y la creación de centros de la vida independiente en los diferentes países.
Adriana Trigo en el 2008 fue premiada como Joven Sobresaliente en la categoría Superación y Logros personales junto al futbolista Julio González Ferreira.
“Soy una persona convencida de que todos, ya sea en menor o mayor medida, podemos contribuir al cambio positivo de nuestro país, que no hay que perder las esperanzas por más gris que se vea el mañana”, resaltó la joven.
Añadió que es una persona afortunada porque tiene la oportunidad de trabajar, de estudiar, de tener una familia que le ama y unos amigos a quienes adora aunque con muchos de ellos, no estén cerca, geográficamente.
Curso virtual
Adriana Trigo comenzó en el mundo de la informática un día mirando la tele y en un programa ofrecían un curso de computación que llamó su atención. De ahí no paró primero como autodidacta y por internet su estudio de accesos a los foros y sitios web que le ayudaran contra su discapacidad.
Durante la entrevista que mantuvimos con ella en su residencia ubicada en Luque, Adriana comentó que sus padres le enseñaron a amar los libros así que desarrolló bastante la imaginación. “Cuando uno lee se transporta a otras épocas, a otros lugares, ve desde un lugar privilegiado cómo transcurre la vida de los personajes”, significó.
Agregó que, así también, mientras sus piernas aún respondían usó ese tiempo casi al extremo y fue de aquí para allá como quien sin saberlo acelera los pasos porque se viene un cambio de rumbo.
“Por eso al cumplirse 18 años del accidente, no se le parte el corazón, recordarlo. Sufrí mucho, obviamente porque jamás uno imagina que le puede pasar algo así tan brusco, tan limitante, mas esos tiempos están en el pasado”, dijo.
Da gracias a Dios, a la vida por conocer Japón y su gente, porque sin hablar su idioma se comunicaban y creó lazos afectivos que perduran.
“Aún tengo frescas las imágenes de las ciudades de Nishimoniya, Amagasaki, Nara, Tokio, de las noches de hotel entre amigos de Latinoamérica, de los paseos y salidas con los japoneses que son tan especiales, educados y serviciales. También Brasilia (capital de Brasil) me cautivó en este lado del planeta: sus esculturas, su arquitectura, su urbanismo y por supuesto, la gente que conocí ahí son otro regalo del año pasado”, manifestó.
En lo laboral no me quejo, hago lo que me gusta en una empresa que me da libertad para desarrollarme en lo profesional donde mis superiores y compañeros me apoyan mucho. Tengo casi todo lo que quiero y puedo cantar sin dejar de sonreir: “Crecí sin derrochar, logré abrazar el mundo todo, y más… mil sueños más, viví a mi modo”.
eolmedo@abc.com.py
