Los recién casados ya habían celebrado el jueves un enlace civil en el Nuevo Ayuntamiento de Hannover, al que acudieron una treintena de invitados, y el viernes por la tarde celebraron una divertida fiesta pre boda en una cervecería de la ciudad a la que no faltó la familia Casiraghi.
La novia nació en Rusia y se crió en Praga; con su matrimonio entra a formar parte de una de las dinastías más importantes de la realeza europea. El padre del novio, Ernesto de Hannover, esposo de Carolina de Mónaco, se opuso públicamente al matrimonio de su primogénito porque está en juego la preservación de intereses de la casa de Hannover, incluidos valiosos bienes culturales, y él teme que en caso de un divorcio parte de dichas propiedades quede en manos de la joven rusa.
