Su señoría tiene miedo, Frida, La cena son las recientes puestas en escena en las que Ana María Imizcoz dio muestras de sus dotes actorales. Siempre en la palestra, de forma intensa, como la obra que interpreta, con el mismo nombre. “Intensa es otra experiencia de amor a la vida, a la gente, a la libertad. Es una versión de la obra teatral Duet for one, de Tom Kempinski, inspirada en la historia de Jacqueline du Pré, considerada como la mejor chelista de la historia, quien sufría de esclerosis múltiple”, dice primeramente acerca de la nueva realización.
Sobre el argumento, Imizcoz adelanta que Stephanie, la violinista, es un personaje imaginado que remite al personaje real en su relación con la música y sus ganas de vivir. “Una consagrada violinista concurre al consultorio de un psiquiatra en busca de ayuda para afrontar el momento por el que atraviesa. Durante seis sesiones, Stephanie transita con el humor más sarcástico, el lirismo más conmovedor y las explosiones más coléricas. Debido a su carácter de artista temperamental, el doctor Feldman se empeña en descubrirle otro mundo lleno de diferentes propósitos vitales”.
La actriz manifiesta que la superación, el arte en nuestras vidas, las relaciones afectivas, el matrimonio, la ambición, la maternidad, la euforia del éxito profesional, frente a la depresión –que conlleva la pérdida de facultades– “toman forma y se desvanecen en seis entrevistas”.
Agrega que quiere compartir con el público la necesidad y la posibilidad humana de encontrar caminos alternativos para superar las tragedias. “Entiendo por tragedia desde la ridiculez de que se nos corran las medias en pleno reportaje o se nos manche el vestido cuando estamos por salir, hasta situaciones más grosas como una enfermedad de nuestra mascota, o nuestra o de un ser querido. Desde un resfrío hasta un cáncer”, aclara.
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Y continúa: “La vida no es un camino lineal; tiene ripios y empinadas. Tiene emboscadas y trampas, pero está llena de atajos que pueden llevar a senderos arbolados, a cascadas de aguas cantarinas y al mismo paraíso”.
Para Imizcoz, cada personaje que le tocó interpretar fue profundo y apasionado. “Cada uno llega a mí en el momento oportuno y me brinda elementos para entender mejor el sentido de mi vida. Porque el sentido de la vida es la vida misma. Es el desafío diario de levantarnos cada mañana sobre ‘nuestras muertes’ a gozar del hecho de estar vivos. El sentido de las cosas es hacerlas”.
No podíamos dejar de charlar sobre las medidas que se deben tomar para promocionar más la cultura. “Conseguir presupuesto del sector público y del sector privado”, expresa con firmeza.
Apunta al sector creativo, al suyo. “Estamos ávidos de demostrar lo que se puede hacer… Solo que no contamos con los medios. Es impresionante la cantidad de propuestas buenísimas que ofrece el teatro. Siempre con mínimos recursos y muchísima dificultad para conseguirlos”. En fin. Luego de Intensa, ¿qué papel se vislumbra en el horizonte? “Soy una mujer absolutamente fiel, y no puedo pensar en nadie más cuando tengo un amor tan fuerte en mi presente”.
Ana va a seguir dando lo mejor de sí sobre las tablas, con la dedicación y el talento que le caracterizan. Va a seguir deslumbrando, impactando a su público. Y cómo ella dice, y muy bien: “No está muerto quien pelea”. Agradece al público cada minuto de interés que dedica al teatro. “Espero verles a todos en la Alianza Francesa. Me comprometo a esforzarme para que no se arrepientan de ir”.
• Fotos ABC Color/Diego Peralbo/Gentileza.