Producir plantas no precisamente ornamentales en espacios pequeños mueve a un gran número de personas que aman los productos naturales, quieren sumar sabores a las comidas o preparar infusiones para dolencias varias durante la pandemia.
Las variedades para esta huerta muy doméstica se seleccionan de acuerdo a las preferencias; las más utilizadas son las especies aromáticas, como el orégano, perejil, cilantro, tomillo, romero, apio, cebolla, ajo, albahaca, menta, hierbabuena y salvia. Y las hortalizas más requeridas son: tomate, papa, batata, locote, zanahoria, jengibre, cúrcuma, entre otras. Se consideran de primera necesidad: repollo, lechuga, rábano, zanahoria, tomate, ajo y cebolla; todas estas pueden desarrollarse en macetas también.
Para abonar la tierra, la bióloga María Abbate recomienda utilizar los desechos orgánicos de la cocina como hojas, raíces, tallos, frutos y así obtener una buena producción en cantidad y calidad.
“El compost se forma a partir de la descomposición de materia orgánica, un buen método que retiene humedad y nutrientes como nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K) que mejoran las propiedades físico-químicas y biológicas del suelo. Otro recurso es el lombricompost, producido por las lombrices rojas californianas que genera un suelo de excelente calidad. Desde luego también podrían utilizarse productos químicos”, detalla.
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Los suelos, además, deben estar bien preparados en cuanto a su textura, ser blandos y con buen drenaje. Incluso, se pueden adquirir en algunos locales almácigas de madera u otros elementos para preparar el terreno.
Semillas o esquejes
Los cultivos pueden ser por semillas, esquejes o ramas. Las semillas no estarán a una profundidad mayor que la medida de su diámetro, las muy pequeñas deben colocarse apenas bajo una fina capa de suelo, ejemplifica María Abbate.
En cuanto a los esquejes o ramas, aconseja que deben estar muy bien preparados, asegurando un buen enraizamiento para obtener un resultado positivo. Las aromáticas requieren podas frecuentes, pues de este modo la ramificación y la cantidad de hojas aumentan: “Tenga cuidado al agruparlas, ya que los requerimientos son diferentes; algunas son resistentes al sol y necesitan poca agua, como el romero y el orégano; mientras que otras, como la menta y la albahaca, no resisten mucho sol y prefieren suelos húmedos”.
El uso tradicional
Las hierbas medicinales no solo lucen muy bien en la huerta o en el jardín, sino que traen alivio a numerosos dolores y malestares, nos recuerda Javier Torres, que hace años se dedica a ellas en su Tereré Literario del Mercado 4.
“La planta de anís, por ejemplo, es un tónico estomacal, digestivo y estimulante, que se toma en forma de té en casos de diarrea, tos, bronquitis o asma. Por otro lado, el urusu he'ê se toma cuando se siente inflamación de boca, garganta, amígdalas, así también en caso de molestias estomacales y dolor de cabeza. El jaguarundi nuestras abuelas tomaban –y hoy lo seguimos haciendo– para la bronquitis, asma, resfríos y afecciones de la garganta. Estos conocimientos empíricos los hemos heredado de nuestros antepasados, los aborígenes, quienes sabían de estos atributos y es bueno mantenerlos”.
Cultivar hierbas medicinales es una alternativa, no solo para reforzar un tratamiento médico, sino también para reponer su cosecha para la venta.
Javier Torres habla de la “canela como estimulante, diurético y antiespasmódico; la cangorosa alivia espasmos, cólicos, cuando hay problemas en riñones, vejiga, heridas, eczemas y hasta para higiene íntima y problemas de próstata. Otra planta hermosa es la siempreviva para contrarrestar la presión alta, fiebre, reuma, diarrea y nervios”.
En plena calle, Javier expone plantines con nombres curiosos y otros más conocidos como insulina, ruda, salvia, cedrón Paraguay, manzanilla, romero, ajenjo, ka’a he'ê, menta y ajenjo dulce.
Contra las plagas
El combate a las plagas es parte del cuidado de nuestras huertas y en la casa se puede realizar con pesticidas orgánicos, como jabones o los preparados con los mismos productos cultivados. No hay excusas para no tener en nuestro patio o jardín una hermosa, nutritiva y económica fuente de alimentos de primera clase y al alcance de las manos, aseguran los expertos, ya que una planta bien nutrida nos producirá buena cosecha y de gran valor nutritivo para las preparaciones caseras.
Huerta hidropónica
La paisajista Silvia Beckers propone la novedosa huerta hidropónica que se puede realizar en una casaquinta lo mismo que en el balcón. La forma de trabajar tiene estos pasos: “Sembrar las semillas, esperar que germinen. Se arma el sistema hidropónico con caños y un tanque de reserva de agua”, explica.
“Esas verduras son orgánicas, sin venenos ni ningún tipo de pesticida y el sistema funciona prácticamente solo, ya que una vez a la semana se le carga el agua y los nutrientes que también son orgánicos”, amplía.
Beckers asegura que resultan muy bien las lechugas, el perejil, el berro, cebollita, acelga, pepino, locote y hasta frutillas.
Tener una huerta está de moda, nos conecta a lo más natural y saludable, además es un buen pasatiempo para estos días de distanciamiento social. ¿Se anima a tener la suya?
Fotos: ABC Color/Arcenio Acuña.