El protocolo de consulta odontológica por la pandemia del covid-19 se activa desde el mismo momento en que el paciente llama al consultorio o clínica para solicitar un turno para ser atendido. El doctor Rubén Rivarola Céspedes, especialista en periodoncia, profesor en la Universidad Autónoma del Paraguay - Pierre Fauchard, Universidad Nacional de Asunción, presidente del Círculo de Odontólogos del Paraguay, describe cómo se debe actuar.
“Se realiza un triaje telefónico donde la persona responde un cuestionario para conocer si ha tenido problemas respiratorios, fiebre, dolor de garganta o si ha estado en posible contacto con personas que han dado positivo al test del coronavirus. Si las respuestas a todas estas preguntas han sido negativas, el paciente puede ser atendido, y en el momento de asistir a la consulta se activa la siguiente etapa del protocolo, que consiste en el lavado de manos por 30 segundos con agua y jabón y la utilización de un gel de alcohol al 70 por ciento, además de ponerse cubrecalzados. Se realiza la comprobación de la temperatura corporal por medio del escaneo frontal que debe ser inferior a los 38 grados” .
Las pertenencias
La doctora Liliana Muñoz, cirujana especialista en rehabilitación oral, añade que el paciente, antes de ingresar al consultorio, además del lavado de manos e higiene de pies con la alfombra sanitizante deberá guardar sus pertenencias. “Al entrar a la clínica se le provee una bolsa donde meterá todas sus pertenencias y se pondrá unos cubrecalzados, para luego pasar directamente al consultorio, donde se le dará un gorro, lente de protección, bata y un campo fenestrado o babero, según sea el caso. Si es necesario un acompañante, a este se le provee también gorro, lentes de protección y tapabocas”.
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La odontóloga precisa que, antes de cada atención, “el paciente tendrá que realizar un enjuague bucal durante un minuto con peróxido de hidrógeno al 1% (agua oxigenada) para disminuir la carga viral en la boca. El odontólogo y asistente dental deben usar ropa y calzado exclusivos de trabajo, cubrecalzados, gorro, mameluco impermeable, bata quirúrgica TNT 80gm, protector ocular, escudo facial, guantes de procedimiento, mascarilla quirúrgica (sin presencia de aerosoles), mascarilla N95 o similar (en presencia de aerosoles). Todos los elementos de protección individual son desechables, en cada intervención odontológica, y se deposita en un basurero para desechos patológicos. La pantalla facial y protectores oculares se limpian y desinfectan aplicando el debido protocolo”.
Salas de espera
La atención también contempla “evitar la aglomeración en salas de espera reduciendo su capacidad por lo menos un 50%, y guardar una distancia de seguridad de dos metros. La recomendación es que el paciente asista puntualmente y pueda acceder al consultorio casi directamente entrando en contacto con la menor cantidad posible de superficies. El paciente debe llegar con su tapabocas y previa a la atención se le proveen los demás elementos de protección. Una parte muy importante del protocolo también es completar y firmar el consentimiento luego de ser informado sobre el procedimiento o tratamiento”, aclara el odontólogo Rivarola Céspedes.
El protocolo es el mismo para todos los casos y se aplican independientemente al tipo de tratamiento a ser efectuado. Según el especialista, las asistencias odontológicas en esta época de la pandemia implican situaciones urgentes y tratamientos impostergables que puedan derivar en urgencias, contemplando situaciones que pueden generar dolor severo, agudización de ciertas infecciones o el control de hemorragias persistentes.
Protección del médico
En cuanto a la bioseguridad del médico en consultorio, el doctor Rivarola Céspedes destaca “el equipo de protección individual de uso recomendado incluye el mameluco, aunque puede ser opcional, cubrecalzado, guantes, delantal impermeable de mangas largas de apertura posterior, mascarillas FFP1/FFP2/N95/, protector ocular, gorro y protector facial”.
Para prevenir accidentes o errores peligrosos, el experto dice que “se priorizan procedimientos que no generen o impliquen muy poca cantidad de aerosoles, evitando en lo posible el uso de elementos rotatorios y ultrasonido. En caso de requerirse, estos elementos deben ser esterilizados entre paciente y paciente. Para la eliminación de caries dental se pueden utilizar piezas de mano rotatorias de baja velocidad”. Otra de las novedades en la atención odontológica es que “se recomienda que el paciente asista a la consulta sin acompañamiento. Durante el tratamiento solo deberán encontrarse el paciente, el odontólogo y su asistente dental. Si debe tener acompañante, este deberá permanecer en sala de espera”.
No tener miedo a consultar
Los estomatólogos reciben una buena preparación durante la carrera en todo lo que se refiere a bioseguridad y procesos de esterilización que garantizan el cuidado de la salud de los que asisten a la consulta odontológica. El doctor Rivarola Céspedes recomienda a los pacientes recurrir con confianza para el tratamiento de afecciones que pueden derivar en situaciones más complejas y ejemplifica: “Una caries tratada a tiempo puede evitar intervenciones de restauración más complejas o cuadros que ya van acompañados de dolor o infección. Estos implicarían, a su vez, tratamientos de conductos. “También aquellos procedimientos que han quedado interrumpidos por la pandemia deben ser retomados, como los de ortodoncia que derivan en mayores complicaciones sin el control correspondiente, patologías o enfermedades periodontales que necesitan un mantenimiento periódico. Así como los implantes realizados con anterioridad, infecciones o lesiones de origen bucal o dentario que deben ser urgentemente diagnosticados y tratados”.
Estudios y tratamientos
La doctora Muñoz indica que “si la persona necesita una radiografía o un procedimiento invasivo, se tiene presente que a todos los pacientes se les consideran como si fueran covid positivo. Las unidades dentales y los consultorios deben cumplir con todas las guías sanitarias establecidas por el Ministerio de Salud con el objetivo de minimizar el riesgo de infección y diseminación del coronavirus. Tanto el paciente como el profesional y asistente están preparados con el equipo de protección individual más severo (EPI 3) y se deberá tomar todas las medidas de prevención de ocasionar infección cruzada”.
El consultorio seguro
En cuanto a la desinfección del consultorio, el sillón y los sitios donde se eliminan saliva o sangre, la doctora Muñoz explica que “los procedimientos de limpieza y desinfección deben ser metódicos, programados y continuos. La limpieza (jabón enzimático) precede siempre a la desinfección (alcohol 70% o hipoclorito al 1%) facilitando así la acción de los germinicidas.
Todas las superficies de la unidad dental son limpiadas y desinfectadas: apoyabrazos, escupidera, sillón, reflector. Escritorio, sillas, mesas auxiliares, computadora, teléfonos, también serán desinfectados, además, se pone barreras plásticas en todas las superficies donde existe contacto clínico, por ejemplo, sillón dental, materiales de consumo y equipos utilizados durante la consulta deben protegerse con fundas desechables”.
Por si queden gérmenes, la doctora Muñoz habla de “los sistemas de desinfección de ambientes (rayos UV, plasma, ozonizadores) y sistemas de ventilación natural externa. En consecuencia, ha aumentado el tiempo, entre consulta y consulta, con el objetivo de asegurar la limpieza y desinfección, dejando actuar correctamente los productos germinicidas. El tiempo de espera entre una atención y otra dependerá de la producción mínima o máxima de los aerosoles”.
“En cuanto a los elementos punzocortantes, se colocan en un basurero especial para estos residuos patológicos y los instrumentales quirúrgicos de diagnóstico o inspección, que deberán ser reutilizados, llevan un procedimiento estricto de descontaminación con la esterilización exigida y controlada”, finaliza.
Fotos: ABC Color/Diego Peralbo/Gentileza.