La libertad
“La libertad es, en la filosofía, la razón; en el arte, la inspiración; en la política, el derecho”.
Víctor Hugo
(1802-1885),
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novelista francés.
“La libertad es incompatible con el amor. Un amante es siempre un esclavo”.
Germaine de Staël
(1766-1817),
escritora e intelectual francesa.
“La libertad es un lujo que no todos pueden permitirse”.
Otto von Bismark
(1815-1898),
político alemán.
“Aquellos que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal no merecen ni libertad ni seguridad”.
Benjamín Franklin
(1706-1790),
estadista y científico estadounidense.
Libertad, igualdad, fraternidad
El asalto y toma en manos del pueblo de la prisión de la Bastilla, símbolo del despotismo real, el 14 de julio de 1789, tiene un profundo significado simbólico, porque fue la chispa que inició la Revolución francesa, dado que provocó una verdadera sacudida tanto en Francia como el resto del continente europeo y fue un incentivo para las intenciones independentistas en América.
Este es, sin duda, uno de los momentos más importantes de la historia, pues marcó el fin de la hegemonía de la monarquía en toda Europa y el inicio de los Estados modernos tal y como los conocemos hoy en día. Pero ¿qué pasó exactamente en la Toma de la Bastilla? ¿Por qué fue tan importante? Durante el reinado de Luis XVI se crearon los Estados Generales para solucionar la crisis financiera que Francia estaba viviendo, debido al despilfarro de la Corte Real.
La solución planteada por el ministro de finanzas, Jacques Necker, buscaba aumentar la representación del Tercer Estado, el cual no había sido representado de manera apropiada. Pero su propuesta no caló muy bien entre los nobles que conformaban el círculo personal del rey, por lo que fue destituido el 11 de julio. La noticia de la destitución de Necker se sumó al ya creciente malestar del pueblo por el autoritarismo del rey y de la Corte y todo lo que representaba la monarquía absoluta. Esta crisis derivó en que tres mil personas protestaran en los jardines del palacio real y, luego, recorrieran todo París como si se tratara de un cortejo fúnebre. El 14 de julio fue un día decisivo, la multitud se tomó por asalto el Hotel de los Inválidos y se armó con fusiles y cañones, con los que se dirigieron a la famosa cárcel de la Bastilla en el otro extremo de la ciudad. En ese momento, la cárcel solo albergaba a siete prisioneros, pero ante el asedio de los manifestantes que buscaban aprovisionarse de pólvora para continuar con sus protestas, hizo que la guarnición se rindiera, lo que se leyó como un acto heroico del pueblo y el momento en que Luis XVI perdió la batalla por París y su poder absoluto.
Desde 1880, el 14 de julio ha sido el Día Nacional de Francia, aunque no directamente en honor de este hecho histórico: lo que se conmemora es la Fiesta de la Federación de 1790, cuya fecha se hizo coincidir con la de la toma de la Bastilla y que celebró la reconciliación y unidad de los franceses y el inicio de una nueva era de libertad.
Fuentes: https://historia.nationalgeographic.com.es