La antigua casona pasa hoy por un proceso de conservación, restauración y preservación realizado por la profesora Verónica Verón Vera y la licenciada Petrona Villagra, con un equipo decidido a mostrar las paredes tal como eran en sus orígenes.
Esta quinta fue construida por Hipólito González, casado con Trinidad Bogarín, hace más de un siglo, y su buena apariencia se debe a que su propietaria Gisela von Thümen, en plena pandemia, decidió restaurar la pintura original. Aquí pasó una larga temporada en 1917 el recordado monseñor Juan Sinforiano Bogarín, pariente de la familia, que asiduamente veraneaba en Areguá.
La profesora Verónica Verón Vera nos muestra el rosa colonial tan difícil de lograr con las pinturas sintéticas; y la licenciada Petrona Villagra se encarga de preparar la policromía. Forman parte del equipo Carolina Garcete, María Recalde y el pintor de obras Mario Herebia.
Esta recuperación se centra en el amplio corredor jere al que se accede a través de una escalinata. La restauradora explica que todas las paredes anteriormente eran a la cal, mientras que hoy se cubren con una pintura al agua. Preciosos diseños descubiertos en el año 1992 permiten definirlos en forma de guarda con plantillas, a modo de esténcil.
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“Antes las casas patrimoniales estaban pintadas a la cal, y se volvieron rosadas porque el adobe rojo las teñía; para llegar al color muchas veces hay que estudiar muy bien varias capas. Si, por ejemplo, era blanco hay que respetar ese tono”, señala la experta, cuyo equipo trabajó en su especialidad durante 42 años en la Secretaría Nacional de Cultura.
Las habitaciones también tienen pintura decorativa sobre muro, por ejemplo, en uno de ellos rayas, mientras que en el dormitorio matrimonial hay motivos en esquinero, y en la adolescente tiene flores. La sala y el comedor evidencian una energía diferente. Desde las ventanas se aprecian los clásicos balaustres y un jardín que renueva el espíritu para estos días de intenso calor.
La inspiración
Esta casa se inspira en la villas de la región del Veneto, Italia, diseñadas originalmente por el arquitecto Palladio. Fueron concebidas para formar parte del paisaje y ser vistas desde todos sus lados. Su estilo arquitectónico se relaciona con la calma, la geometría y el orden.
Fotos: ABC Color/Diego Peralbo.