Camposanto. Sinónimo de cementerio (del latín dormitorio) y, de acuerdo con la última Ortografía académica, su escritura en dos palabras (campo santo) resulta “desaconsejable, por su poco empleo”. En el cristianismo comenzó a usarse el término cementerio, en vez de necrópolis (de origen griego), que significa literalmente ‘ciudad de los muertos’ (necro: muerte; polis: ciudad). La antigua Iglesia se adaptó a la costumbre contemporánea griega y romana de tener sus lugares de entierro fuera de la comunidad. Parece que esta práctica cambió por primera vez cuando Constantino, el Grande, fue enterrado en la iglesia de los Apóstoles en Constantinopla y luego también los mártires y santos en los templos vecinos. Pero a finales del siglo IV, se limitaron los entierros en las iglesias para casos excepcionales por autorización episcopal, mientras que para la congregación como tal se propuso los alrededores de la iglesia (atrium ecclesiæ). Este predio fue consagrado como tierra santa por su cercanía al sacrificio de la misa y al santuario.
Fuentes: https://www.fundeu.es/ / www.iglesiapueblonuevo.es
