Llegar a trabajar con el ultrasonido y las neuronas es cosa de científicos. Pero las matemáticas, la física y la tecnología le empiezan a gustar a uno de joven. Es lo que pasó con Hazael Fabrizio Montanaro Ochoa, quien empezó a inclinarse hacia estas materias cuando estaba en la etapa secundaria, en The American School of Asunción. “La física es algo que me parece fascinante, me parece hermoso”, revela hacia este gusto que lo llevó a postularse a una beca del Programa Fulbright para Ingeniería Eléctrica, en la Universidad Yale, Estados Unidos.
Con el título de ingeniero desarrolló su masterado en el marco del Programa de Ingeniería Neuromórfica, a cargo del Instituto de Neuroinformática, que de manera conjunta administran la Universidad de Zúrich y la conocida mundialmente como ETH, o sea la Escuela Politécnica Federal de Zúrich, una de las universidades más prestigiosas en ciencia y tecnología a nivel mundial, de donde salieron varios premios Nobel.
Inteligencia artificial
“En el programa querían diseñar chips cuyo comportamiento se asemeje a las neuronas del cerebro. La idea es que la inteligencia del ser humano se basa mayormente en las neuronas, cómo se comunican entre ellas, cómo se adaptan, cómo son plásticas. La maquinaria más avanzada y compleja es el cerebro humano. Entonces, en vez de intentar desarrollar inteligencia artificial de forma normal, el programa intenta inspirarse un poco en la biología”, explica Hazael.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Su doctorado, en ingeniería biomédica, lo emprendió con la ETH, en un programa desarrollado con la prestigiosa fundación ITIS. “Trabajamos en crear la mejor terapia para el paciente a través de modelos computacionales, con simulaciones”, explica el flamante científico.
“Hay ciertas terapias que buscan estimular las neuronas dentro del cerebro con fines terapéuticos… Si uno logra activar estas neuronas, también es posible regular ciertos comportamientos en diferentes órganos. Es posible aliviar dolores crónicos, se puede usar para que parapléjicos vuelvan a caminar, que fue un proyecto en el que me involucré. También se sabe que si se estimulan neuronas bien dentro del cerebro, gente con epilepsia o temblores puede dejar de temblar”, detalla Hazael.
Luego de experimentar directamente en los pacientes hasta hace unas décadas, ahora para determinar qué neuronas estimular en el cerebro y cómo hacerlo se utilizan simuladores, modelos computacionales. Se crea un modelo tridimensional, una geometría con varios propósitos, para diversas terapias y tratamientos más diversos. Y además de estimular las neuronas con corrientes eléctricas, una técnica bien invasiva, ya que se debe introducir un electrodo dentro del cerebro, también se puede usar ultrasonido. “Con ultrasonido, al paciente se le puede poner un sombrero que se enfoque bien dentro del cerebro. Eso es algo increíble”, sostiene Hazael Montanaro.
Trabajando en modelos computacionales, “en parte mi doctorado se enfocó en ver la forma más adecuada de simular el efecto del cráneo en las ondas de ultrasonido para ver cómo optimizar mejor los parámetros, para que esas ondas enfoquen en un punto y no sean afectadas por las distorsiones que crea el cráneo”, explica el profesional paraguayo.
¿Por qué nos cuestan las matemáticas?
Hazael cuenta que pese a que en Yale sus estudios estuvieron cubiertos totalmente, para desarrollar la maestría debió conseguir trabajo en un laboratorio y también enseñaba. “Estuvo duro, pero se puede”, asegura. Por el doctorado, entretanto, al ser una dedicación de tiempo completo, le pagaban un salario.
El compatriota considera excelente que se esté incentivando la ciencia en el país y que los jóvenes sepan las posibilidades que hay para quienes aman la física, las matemáticas, la tecnología.
“Hay mucho estigma con las matemáticas y la física; dicen que son difíciles, pero no. Si uno quiere, puede”, asegura. ¿Y por qué cuestan tanto las matemáticas? “Podría ser por cómo se enseñan, pero no es que no se enseñen bien, es que a veces la gente no les ve el sentido, no ve la motivación de por qué hacer eso. En física siempre te dan los problemas del péndulo, el resorte, cosas que a la gente no le interesan, pero son extremadamente importantes. Pero si vos le llegás a explicar a alguien que en realidad esos problemas representan ecuaciones diferenciales, que si te imaginás que todo es masa, como esos resortes, y si sabés por qué es útil eso, se podría tener un poquito más de motivación”, sostiene Hazael al destacar que matemáticas y física son materias que te pueden cambiar la vida.
En cuanto al trabajo científico, asegura que es una tarea de equipo. De hecho, su doctorado lo logró en colaboración con un grupo de Dinamarca, otro de Holanda, otro de Suiza y otro de Estados Unidos. “Aprender a trabajar en equipo es extremadamente importante. La ciencia ya no la hace más una sola persona, esa no es una alternativa”.
Suiza y Paraguay como hogar
Con nueve años en Suiza, Hazael siente a ese país como su hogar, sin olvidar el que tiene en Paraguay. “Siempre extraño Paraguay, me encanta volver, mi familia, mis amigos de la secundaria extraño, pero para mí, mi casa está en Suiza”, dice determinante.
“Eso es algo que les diría a todos los que estén afuera. Que tan pronto se imaginen su nuevo lugar como su casa, eso les va a facilitar mucho la vida, porque es cierto, es tu nuevo hogar, tenés que hacerlo tuyo. Veo que hay mucha gente que no hace eso, que sufre y no le gusta. Algo importante al estudiar afuera es sentirse en casa, convertir ese espacio en tu hogar, porque lo es. Paraguay siempre va a ser mi casa, pero me gusta mucho Suiza”, detalla Hazael, quien habla castellano e inglés, perfectamente, pero todavía está estudiando alemán.
Ahora su meta está en un posdoctorado en una empresa suiza y de momento no podrá volver para vivir a nuestro país, pero algún día le gustaría retornar al Paraguay para enseñar lo aprendido en el mundo.
