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La creadora explica que Madre nació con un doble propósito, uno de ellos es reducir la problemática asociada a los plásticos comunes y también –como el producto es compostable y se reintegra a la tierra– apuntan a aportar al sector de la basura orgánica. Según el Mades, 60% de los residuos en vertederos son orgánicos y estos, en su descomposición, generan una serie de contaminantes a nivel aire, suelo, agua, y todo eso afecta a nuestra calidad de vida.
En resistencia y peso, esta biobolsa se comporta igual que la bolsa común, dice y añade que podrían reutilizarse, pero desde Madre no se promociona esto, sino la utilización para compostaje. Si uno no tiene el tiempo o la motivación para compostar, existen empresas que se dedican a la recolección de basura orgánica. “Invitamos a la gente a reemplazar la bolsa común por la alternativa biocompostable, guardar ahí los residuos orgánicos y enterrar en el patio la bolsa cerrada, o bien contratar el servicio de recolección”.
Cuentan con varios tamaños de bolsas camisilla, riñón y otras, con medidas específicas y se adquieren desde la web de Madre. Para clientes de volumen (a partir de 5.000 unidades), también ofrecen las biobolsas personalizadas con color y logo de la empresa que lo solicite, inclusive del tamaño que deseen.
Comenta que en Paraguay aún no hay tintas compostables, por lo que por el momento todavía utilizan tintas comunes para los logos, pero el porcentaje de tinta que utiliza la bolsa es tan pequeño que no interfiere en el compostaje.
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