Cortar en rebanadas dos de las bananas y colocarlas en una bolsa sellada o en un recipiente en el congelador durante la noche, o durante al menos 8 horas.
Colocar las bananas congeladas en una licuadora de alta velocidad o en un procesador de alimentos. Dividir las piezas grandes y pegadas lo mejor que se pueda.
Agregar la leche y las bananas restantes y mezclar hasta que esté espesa y cremosa.
Agregar el cacao y mezclar con una espátula de goma.
Llevar al freezer hasta el momento de servir.
Decorar con nueces, chispas de chocolate o granola para agregar un toque crocante.
Colocar la piña fresca, el azúcar, la sal y las yemas de huevo en una licuadora, y hacer un puré hasta que estén muy suaves.
Pasar la mezcla a través de un tamiz de malla fina para eliminar las fibras de piña y colocar el puré en una cacerola.
Calentar la cacerola a fuego medio alto y batir constantemente hasta que hierva.
Retirar del fuego y volcar la mezcla en un recipiente. Agregar la leche, el jugo de limón y la crema espesa. Dejar templar y luego llevar a la heladera hasta que esté bien frío.
Verter en una máquina para hacer helados y congelar de acuerdo con las instrucciones del fabricante.
O colocar el helado en un recipiente metálico y congelar durante varias horas, batiendo cada 15 minutos durante las primeras 2 h, para que no se formen cristales de hielo.
Dejar reposar a temperatura ambiente durante 10 minutos antes de servir.