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Treinta yseis años después, la expresión vuelve a ser la misma. Continúa tan espigada como cuando tenía 18 años. "Me cuido mucho con la alimentación, soy muy disciplinada en los horarios y en lo que voy a consumir", confiesa sentada en su despacho de la calle Gondra y Mompox. Impecable como siempre, nada deja librado al azar.
Esacoquetería también tiene su explicación: hija única, y su madre cosía para ella, incluso hoy, con 84 años, sigue siendo la responsable de su vestuario. "Todo me cose mi madre y hasta ahora", dice orgullosa y muestra un retrato en el que están juntas. Su escritorio es amplio y decorado con muebles hechos por su hijo, el artista Sergio Buzó. "Soy muy familiera", admite.
Es una convencida de que la familia es el pilar de toda sociedad. Por eso cuando tomó una rama del Derecho, optó por especializarse en Familia. "Creo en ella, apuesto a ella. Es la empresa más difícil de sobrellevar. Tengo 30 años de casada y le doy gracias a Dios". Es madre de María Bethania, diseñadora; Sergio, artista en hierro, y Juan Sebastián, también abogado.
Interrumpió estas labores cuando el presidente de la República, Nicanor Duarte Frutos, le ofreció el cargo de Ministra de la Niñez. No salió muy bien parada del puesto.
Ella dice que por falta de apoyo económico no pudo desarrollar sus proyectos. Finalmente se retiró en el mes de agosto del año pasado para dedicarse a tiempo completo a la carrera de abogacía, siempre en la jurisdicción familiar.
Soberanos recuerdos
Las señoras Miriam Laserson de Varón, Lotte Schulz y Lucy Montanaro de Schupp también tuvieron la responsabilidad de elegirla como la más bella. Junto a Mercedes concursaron Lilian Margarita Fleitas Heisecke, María Eugenia Heickel, Elizabeth Concepción Jasinky, María Alicia López Moreira, Ana María Valinotti, Francesca Beatriz Crosa, Gladys Graciela Machuca, María Elvira Lloret y Daisy Cristaldo.
En aquel tiempo estaba cursando el primer año de Diplomacia en la Universidad Católica cuando la pararon en la calle y de un auto descendieron Mary Vargas Peña de Díaz de Vivar y Gloria Sapena de Escobar, quienes la invitaron a participar del certamen. "En ese momento les dije que no podía resolverles sin el consentimiento de mis padres, que estaban en misión diplomática, en Paranaguá", expresó. Felizmente, dieron su consentimiento y el resto ya se sabe. Dice que ser una reina de belleza no la ayudó demasiado. "Creen que una persona linda y arreglada no puede ser exitosa". Pero ella demostró todo lo contrario. Belleza e inteligencia también son compatibles.