En Paraguay no son pocos los aficionados a la astronomía, aquella enigmática y cautivante ciencia dedicada al estudio de los cuerpos celestes. Si bien es cierto que en el país no existe una carrera universitaria dedicada a la materia, la astronomía es una de las pocas ciencias en la que los aficionados aún pueden desempeñar un papel activo. Es así que a lo largo de la historia, la contribución de los aficionados ha sido fundamental respecto al descubrimiento y seguimiento de fenómenos como curvas de luz de estrellas variables, descubrimiento de asteroides y cometas.
Uno de los grupos más activos que nuclean a los fanáticos de la observación de los cuerpos celestes es Astropy, un foro dedicado a esta ciencia y que se mantiene activo desde el 2010 mediante una lista de direcciones de correo electrónico de 140 miembros activos. Por ese medio comparten información referente a esta y otras disciplinas científicas, y se autoconvocan para reuniones periódicas y observaciones grupales. “Cualquiera puede asistir a las reuniones, sin necesidad de que sea miembro del foro”, aclara Félix Piriyú, uno de los integrantes del grupo.
“Funcionamos como una comunidad que intenta congregar a todas las personas que están interesadas en la astronomía, ya sean grupos formados o que no pertenezcan a ninguna organización pero que gustan de esto. La idea es compartir instrumentos de observación, materiales audiovisuales. Queremos que la gente vaya creciendo dentro del grupo, sabiendo cada vez más de astronomía”, aclara Rodrigo Ríos, un joven estudiante de Administración que decidió explorar su veta fotográfica motivado por su amor a la astronomía.
Disparando planetas
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Rodrigo era aún muy pequeño cuando asistió a un taller astronómico dictado por el profesor Blas Servín. Si bien le resultó bastante fascinante descubrir ese mundo de planetas y cúmulos de estrellas, no fue hasta hace unos pocos años que decidió dedicarse de lleno a esta atrapante afición.
“En el 2009 compré mi primer telescopio, que era solamente para observar porque en ese entonces solo estaba interesado en la observación del cielo. A medida que iba investigando, me llamó la atención la astrofotografía y por suerte el telescopio me daba esa posibilidad, porque no tuve en cuenta eso a la hora de comprar. Entonces, ahí me metí de lleno en la fotografía y decidí comprar una cámara réflex”, recuerda Rodrigo, quien se lanzó a esta actividad con un telescopio de 11 pulgadas hasta que pudo cambiarlo por uno más potente. Actualmente, Rodrigo es propietario de un equipo Celestron de 14 pulgadas, el segundo telescopio más potente del país. “Lo pude comprar gracias a que logré vender el otro”, aclara el joven.
“Ese telescopio me permite fotografiar prácticamente todo, no tiene límites. Ya todo depende del tiempo de exposición que puedas llegar a conseguir con una cámara, ese es su límite. Si querés hacer una muy buena foto, te puede llegar a tomar unas dos o tres noches, solamente apuntando a un objeto y sumándole a eso todo el tiempo de exposición; es un trabajo bastante arduo si se lo quiere hacer bien. Solamente se necesita un lugar oscuro; esa sería la única limitación: la luz de la ciudad”, explica Rodrigo.
En cuanto a los objetos más buscados por estos fotógrafos del cielo, se destacan los planetas Júpiter y Saturno, porque siempre muestran algo interesante y además son muy vistosos. “También fotografiamos la Luna y hasta se puede apuntar al Sol mediante un filtro especial. Otra opción interesante son las fotos de cielo profundo, siempre y cuando podamos ir al interior, porque la luz de la ciudad es muy fuerte para hacer este tipo de fotos”.
Con la decisión de abaratar costos y recurriendo a su ingenio, Félix Piriyú se embarcó hace unos años en la aventura de la construcción de un telescopio casero. Con ayuda de otros entendidos en la materia, logró construir un telescopio de 20 cm de diámetro con una óptica que un primo le trajo de España.
“Cuando una persona se inicia en la astronomía, lo primero que quiere comprar es un telescopio y eso no se encuentra fácilmente en el país; entonces, las personas que tienen sus recursos limitados se quedan con las ganas por no poder conseguir el equipo. Yo decidí ver otra opción y por suerte me salió bastante bien. En el 2003 había muy poco material para trabajar con un telescopio, pero ahora ya es más fácil conseguir las partes para armarse uno. Incluso acá ya se pueden pulir los espejos que son usados para armar un buen telescopio. Digamos que un telescopio de 20 cm podría costar aproximadamente unos 250 dólares”, refiere Félix.
Otra nucleación que agrupa a los aficionados a la astronomía es el Centro de Difusión e Investigación Astronómica (Cedia), integrado también por Felix Piriyú y otros referentes locales de esta disciplina científica. Desde allí buscan impulsar la formación de grupos de carácter astronómico en los centros educativos de todos los niveles, y promover la investigación de los objetos y fenómenos de naturaleza astronómica.
“Es una actividad que cada día está ganando más adeptos en Paraguay, no solamente la astrofografía, sino el tema de la astronomía en sí. Nosotros, como Astropy y Cedia, vemos con mucho entusiasmo que la gente se interese en la ciencia. No solamente nos ocupamos de mirar el cielo o tratar de conocerlo, sino que acompañamos eso con el conocimiento de otras disciplinas científicas. Todas las veces que nos reunimos tocamos un tema relevante relacionado con la astronomía, siempre un tema de fondo científico”, explica Félix.
Fanáticos del cielo
Si bien Astropy no cuenta con un sitio web, los integrantes del grupo interactúan constantemente a través de una lista de correos electrónicos. Además de observaciones grupales, reuniones y charlas científicas, los integrantes del grupo asesoran a los interesados en adquirir equipos para observaciones. Un equipo apto para astrofografía debe incluir la modalidad de seguimiento de objeto y se puede conseguir desde G. 1.500.000. Quienes quieran sumarse al grupo deben ingresar al apartado Grupos de Google, tipear Astronomía Paraguay y solicitar allí su inclusión a Astropy.
david.messina@abc.com.py