“Comencé con­ una guitarra y llegué muy lejos”

Aníbal Riveros, fundador de la orquesta Blue Caps que marcó un hito en la música pop del Paraguay y la Argentina, nos habla de su idilio con la fama allá por el año 1965 hasta 1978. Reconstruimos sus éxitos y nos adentramos en su vida actual.­

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Tenía solo siete años cuando ya decidió que quería ser músico. Entonces, sus padres le compraron su primera guitarra. Con ella deleitaba en su natal Paraguarí, en su escuela, la Superior número 77, a su familia, a sus amiguitos. Participaba de todas las veladas.

Siguieron los años y con ellos su amor hacia la música. “Con esa primera guitarra abracé el inmenso cariño hacia la música”, confiesa con añoranza.

Cuando iba a cursar el segundo año de la secundaria, dejó el país y fue a Tucumán. “Fuimos toda la familia, por problemas políticos”, cuenta. Fue en aquella tierra que afianzó su carrera musical.

Incursionó en el folclore argentino y le fue muy bien. Pero tuvo que regresar a nuestro país para el Servicio Militar Obligatorio. Una vez concluido el bachillerato, obtuvo el título de Técnico en Relojería y como tal se desempeñó, primero, en la joyería López Molinas, más tarde en la joyería Bobadilla y luego en Luxor.

Trabajando en este último lugar fue que comenzó a concretar el sueño de una orquesta y nació Blue Caps, suceso de la música pop en Paraguay, en el año 1965. ¿Los integrantes? Rudy Heyn (tecladista); Panchi López Moreira (bajista); Carlos Gómez Solalinde (2ª guitarra); Oscar Martínez P. (batería), reemplazado luego por Kuki Caggia; Rolando Percy (cantante y en la primera guitarra), y como director del grupo Aníbal Riveros, nuestro entrevistado de hoy.

Durante 4 años actuaron en los mejores clubes de Asunción, como el Centenario, el Club Deportivo Sajonia, Mbiguá. El éxito era tal que partieron para la capital Argentina en el 69, con la meta de conquistar el gran mercado sudamericano. Y lo lograron. Fueron contratados por el reconocido sello discográfico EMI ODEON, con el cual grabaron inicialmente su primer disco long play, titulado “Déjame Mirarte”, con composiciones propias.

Era el requisito exigido por la compañía discográfica. Y fue justamente la canción que lleva como título el primer long play que los llevó a la cima. “Fue todo un éxito, al igual que “Recién Ayer ”, recuerda Riveros. Ingresaron al gran mercado artístico, actuando en los mejores lugares de la capital argentina, como así también en todas las principales ciudades del interior de ese país, Mar del Plata, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Tucumán, Mendoza, Salta y otros.

Era tanta la demanda que la compañía discográfica decidió grabar un segundo disco, “Cuando te miro”. Esto pasaba en el año 1970. Al año siguiente aparece “Sensacional, eres tú”. Como resultado de estas tres propuestas, al grupo se le abre un nuevo mercado internacional en países como Venezuela, Chile, Ecuador, Uruguay, Panamá y Paraguay, claro. Seguían cosechando éxitos y aplausos. La fama les sonreía.

Y aparece el cuarto disco “Volverás, mi amor, yo te esperaré” que significó el mayor de los éxitos de los Blue Caps. Una nueva gira por más de 10 países centroamericanos los esperaba. Un quinto material sale al mercado “Quince días”. Ocupaban la primera plana de la prensa del espectáculo, pero en el año 1978 el grupo completo decide regresar a Paraguay y cerrar una brillante carrera. ¿Qué pasó? Simplemente, los integrantes tenían un compromiso con los estudios.

Panchi López Moreira es hoy arquitecto; Oscar Martínez, abogado; Rudy Heyn, renombrado profesor de música..., en fin, hicieron un paréntesis, por lo que en ese momento creían correcto. “Eran todos chicos comprometidos con sus padres para no dejar los estudios”, revela el ex director de la orquesta. Así que debían cumplir con lo pactado. “Fue una época dorada, sin duda”, expresa.

Dice que él prefería estar en la dirección antes que en el escenario. “Chevaieterei. No tenía imagen, me peinaba hacia atrás, me hacía la toca, me ponía gomina. Nacheremedioivoi, entonces les tuve que poner a los más lindos adelante”. Aníbal Riveros retrocede en el tiempo y encuentra una vida plena, igual a la que sigue viviendo.

Continúa dedicado a la música. “Uno la lleva en el alma. La música es alegría, consuelo...”, asegura. Actualmente está al frente de su sello discográfico que se llama Blue Caps, en homenaje a la orquesta que tantas satisfacciones le dio. “Grabé con más de 500 artistas de primera línea”, cuenta orgulloso.

Tiene su propio estudio donde también ensaya, ecualiza, edita y promociona los discos. Pero los fines de semana, ¡los vive! Vuelve a su natal Paraguarí. Allá tiene una quinta, Villa Pablina, y es ahí donde encuentra el descanso junto a sus seres queridos. ¿Está todo dicho? Todo. “Desde chico soñé con esto y el sueño se hizo realidad”.
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