“No me ha ido bien en la vida”

Juan José Camero. Ex galán del cine y la televisión argentina. Se dijo que era alcohólico y hace poco estuvo internado por problemas cardiovasculares. Ya recuperado habla de su vida.

Juan José Camero
Juan José CameroArchivo, ABC Color

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¿Qué recuerdos le quedan de su época de galán? Es que yo siempre me miraba al espejo y me preguntaba qué es lo que se entenderá por ser galán, porque nunca estuve atado a la moda.


Pero sus éxitos mayores se dieron con las telenovelas. Sin ninguna duda, han establecido eso. Yo creo fui un actor que sembró muchas emociones. Decía de mí don Luis Sandrini, uno de nuestros grandes actores, y lo escucharon mi madre y mi padre que fue una gracia para mí, este muchacho hace reír y hace llorar.


¿Fueron injustos con usted la prensa y el público cuando dijeron que era alcohólico, a partir de su participación en el "El Reality de las estrellas"? La cosa menor y trivial me tiene absolutamente sin cuidado.


Pero, ¿por qué surgió eso? Porque no hay respeto, hay una prensa amarilla. No se dijo por qué hice yo ese trabajo, que en realidad era para zanjar algunas deudas que me dejó el teatro de Carlos Paz, y porque hay una perversidad muy grande alrededor de cualquiera.


¿Le dolió que le dieran ese trato? Para nada, porque a Cristo lo colgaron de la cruz y fue algo más importante de lo que puede ser mi persona. Del maltrato y la maledicencia, cuando uno es persona pública, no escapa. Yo tenía, por prescripción médica, que tomar un par de vasos de vino tinto y bueno, en lo posible.


¿Y se mareó en una de esas...? Tenía por contrato que podía manejar una botella de vino, pero no mezclar como lo mezclaban los demás con Coca Cola, como hace la gente que no tiene la más mínima idea. Yo no conozco lo que es estar mareado. Pero me era lo mismo hacer un reality que me llamaran del Chaco a picapedrear el camino de Mcal. Estigarribia hasta Bolivia, vale decir donde se me pagara algún dinero con lo que pudiera yo zanjar mis deudas.


¿No estuvo ebrio? Es una estupidez dicha por gente que son hongos. Viste que los hongos se curan con pomadas y desaparecen. Esa gente va a desaparecer, porque la mentira tiene patas cortas.


¿Le gusta el vino? Yo comparto un buen vino con amigos entrañables, primero porque es el alma de Dios. Y cuando escribo a la noche, tomo, si puedo lograrlo y la economía no está muy deteriorada. Lo tengo que hacer porque es un antioxidante.


¿No se pasó de la prescripción médica en algún momento? Jamás en mi vida. Pero sí he visto, porque he caminado Latinoamérica, una malversación, porque se hacen malas bebidas y he visto un pueblo que tamiza sus dolores o sus dificultades emborrachándose. Conozco la borrachera a la que se somete un pueblo cuando no tiene otra alternativa.


¿Perjudica su nombre, su trayectoria, comentarios de esa naturaleza? Para nada, porque la gente que cree en ese nivel de programas (reality show) es gente que no me importa. En realidad la vergüenza es de ellos.


¿Le pagaron lo prometido? Me pagaron el mes que estuve. Yo tuve la ingenuidad de suponer que iba a tener 60 cámaras para que la gente me conociera en profundidad, pues había sembrado tantos afectos en el camino, he hecho tantas películas. Y tenía la necesidad de que la gente supiera todo esto que estamos hablando. Tengo más de 40 horas grabadas, frente a cámaras, de eso no pusieron nada. Pusieron que discutí por un vino.


¿Y discutió? Sí, discutí, porque yo no tomo Coca Cola, porque yo no tomo Crush ni cerveza mezclada con vodka ni con nada. Yo tenía una botellita para manejarla como quisiera cada dos días. Esa fue la discusión, pero no voy a hablar, porque esas son cosas menores.


¿De qué vive hoy día, cómo se maneja sin trabajo? Malvendiendo lo poquito que tenía. Es por eso que vengo ahora a vender la casa que tengo en Asunción, que creo fue como mi última vanidad. Yo ahora no tengo ningún reparo en decir que estoy con dificultades (económicas) que me ha dejado la malversación del teatro.


¿Y qué piensa hacer con ese dinero? Yo quiero una casita en la costa uruguaya, frente al mar, en un pueblito de pescadores, donde pueda vivir tranquilo. Cerca de La Pedrera, de Punta del Este son 40 kilómetros.


¿Piensa radicarse allí? Voy a vivir en un pueblito de 300 habitantes, con mi casita, con un hogar a leño, con una mesita donde se pueda poner el queso paraguayo que aprendí a hacer, el pan.


Acompañado de su perro "Corbata". Con mi perro "Corbata". Y si alguna vez el amor golpea mi puerta...


¿Nunca golpeó o el galán no quiso abrirla? Cuando uno trabajó 20 años de sexsymbol, el amor no te deja intacto. He tenido grandes compañeras, pero el problema ha sido mío. Yo sé que es el precio de una libertad malentendida. El agarrar un bolsito y el auto que tuviera en ese momento y salir a deambular en busca de algún milagro, que no existe. Los milagros no están afuera, están adentro.


¿Fue Paloma San Basilio su gran amor? Fue un gran amor. Convivimos mucho tiempo.


¿Aparte de ella existió otra mujer que vale la pena recordar? No, yo no hablo de las mujeres. Te estoy respondiendo de Paloma porque fue público, salió en todos lados. Y porque Paloma lo dijo.


¿Es un solitario empedernido? Soy un lobo estepario. Pero yo no malentiendo la soledad. Yo me equivoqué, pero ya no se puede desandar el camino recorrido. Malentendí, la libertad no es caminar sin rumbo por cualquier lugar. La libertad está en hasta la posibilidad de compartir las soledades, por eso me gustaría que los hombres y las mujeres sean más honorables y se dijeran la verdad, yo no tengo envidias. No conozco ese sentimiento burdo, no tengo envidias de quien tiene un BMW, tipo James Bond, pero tengo envidia al ver una pareja de ancianos caminando por una playa.


¿A estas alturas usted ya no se ve en pareja? No lo sé. A lo mejor en esa playita la descubro a una lugareña, no necesariamente tiene que ser Simone de Beauvoir ni tiene que ser una escritora calificada. Los años los asumo y me gustan las arrugas. Me gusta que la vida se me vea. No me haría ninguna de las estupideces de corregir la nariz, ni me tocaría nada más de lo que Dios decida. Es decir, si pudiera tener una elección me sacaría todas las arterias y me colocaría arterias nuevas.


¿Aprendió algo de los errores que admite haber cometido en la vida? Parece que nada. Aprendí solamente a mirar la simpleza con mucha mayor ambición de poder descubrirla cada vez más. A la vanidad, creo que le gané por nockout, ese sentimiento no pasa dentro mío.


¿Reniega de su pasado? Reniego del éxito como proyecto de vida de la gente. La gente hace de lo exterior una manera de pasar la vida y eso trae la soledad, la soledad no se sortea en los shoppings, la soledad no se sortea con una cuenta en Suiza.


¿Hay una película o telenovela, entre las que hizo, que le dejó recuerdos imborrables? Nazareno Cruz y el lobo, una lucha entre el bien y el mal, fue mi mayor despegue en cuanto a lo profesional: Pero después del Nazareno tuve inmensidad de problemas, pareciera que el haber aceptado lo que dice el Nazareno, rechazar la riqueza para vivir en función del alma, del amor, de ser un caminante, de vivir una bohemia, me condujo a muchas dificultades. No me ha ido bien en la vida.


Se comentó que el presidente Menem, amigo suyo, lo había encontrado en Asunción en mala situación económica y que para ayudarlo decidió darle un cargo dentro de la Embajada Argentina. No. Lo que se me otorgó fue un voto de confianza por un embajador que descubrió, de alguna manera, que todo el sentimiento que yo internamente expresaba alrededor del hecho cultural tenía mucho que ver con las raíces latinoamericanas, porque yo salí a buscar mis propias raíces. Cuando llegué al Paraguay, yo llegué con una camionetita, con un colchón, un par de ollitas. Me vine de Bolivia por el Chaco, por eso puedo decir que conozco tanto el Chaco.

Estuvo como agregado cultural, ¿por cuánto tiempo ejerció la función diplomática? Prácticamente diez años, desde el 91 al 2000. Renuncié por propia decisión.


¿Es verdad que acaba de salir de un cuadro delicado de salud? Miraba el foco de arriba, pero por supuesto que artísticamente, y decía Dios tendrá esta luz, por la luz del quirófano.


Estuvo internado, ¿por qué...? Porque soy un pasional en todo lo que hago, mis presiones normales siempre estaban en 17/18. Yo creía que era mi presión, pero la medicación no respondía a lo que intuían y pergeñaban los médicos, entonces evidentemente se hizo diagnóstico y operación al mismo tiempo, porque cuando me hicieron los análisis dio como una obstrucción en mis arterias renales, así que de eso me operaron.


¿Cuánto tiempo en el sanatorio? Me interné 15 días, para operarme, de eso hace casi dos meses.


¿Sufrió un infarto? No, nunca tuve un infarto, fue problema vascular. Tengo cinco bypass.


En estos momentos, ¿qué sentido tiene la vida para usted? Simplemente, fuera de este habanito cubano con el que estoy luchando, porque mis arterias no lo reciben, me gustaría, ya que no he podido formar, por ese desfasaje que produce la fama mal entendida, una familia.

Identikit

Juan José Camero Valente nació en Almagro, provincia de Buenos Aires, el 15 de setiembre de 1943. Actuó en 23 películas, 18 de ellas como protagonista principal: Piedra libre, El muerto, Nazareno Cruz y el lobo. Su último trabajo en cine fue La Deuda Interna, en 1984. Captó la atención del público en las varias telenovelas, entre ellas Pobre Diabla, Mi hermano Javier y Hola Pelusa. Compró en Carlos Paz, Córdoba, un teatro que lleva por nombre ?Juancarmen?, como su padre y su madre, pero la inversión cultural le acarreó graves perjuicios económicos.
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