Renovación fuerte

Alejandro Simón y su dinastía transita un nuevo camino en el que espera que la música folclórica tenga mayor difusión. Promete seguir deleitando con sus instrumentos y voces.

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El renovado grupo Alejandro Simón y su dinastía sabe cómo sacar emociones con su canto. La pasión y los años de experiencias, sumados al cariño de su público, ubican al conjunto en un sitial de preferencia. Nacer en una familia de músicos ayuda, pero cuando la vocación y el talento son firmes, lo demás es historia.

Las manifestaciones artísticas de Alejandro afloraron tempranamente. Junto con su hermana mayor, Ramona López, arrancaban aplausos en los festivales de la escuela. Recién a los 15 años sintió que la música era su vocación. Su padre le preguntó qué carrera quería seguir y la respuesta no se hizo esperar: ¡cantante!

Fue así que se inscribió en la Escuela Municipal de Canto y tomó las primeras clases con el profesor Luis Gaona, barítono. Los primeros años no fueron fáciles para Alejandro, pero con su disciplina y perseverancia los hechos fueron cambiando. Desarrolló una voz única con una excelente técnica, de tenor dramático, potente y brillante. No pasó mucho tiempo para que fuera designado solista del conservatorio y junto con la Orquesta Sinfónica Juvenil, creada y dirigida por el maestro Miguel Ángel Echeverría, llevan la música a todos los rincones del país. “La música es mi absoluta vocación”, afirma con determinación.

Dice que cuando sube a escena afloran las emociones del canto, el público y el cariño que se manifiesta con los aplausos. “Puede que muchos no sepan qué siente un artista al subirse a un escenario y cómo se alimenta de sus espectadores, pero la sensación es única y el compromiso también. Cada escenografía es diferente, ya sea un festival, restaurante, bar, evento privado, plaza de pueblo, programa de televisión o un teatro. Cada uno de esos escenarios tiene una dinámica y un sentimiento muy diferente, y en todos ponemos la misma pasión”, dice Alejandro.

No se guarda lo que sabe. Actualmente, está muy enfocado en su labor docente. Imparte sus conocimientos en el Conservatorio Nacional de Música. “Junto con mi padre y hermano creamos la carrera de Canto Popular, que es implementada desde hace dos años por el Conservatorio Nacional de Música, con muchísimos alumnos”. cuenta.

Sus hijos, Alejandra y Alejandro, siguen sus pasos y forman parte de la dinastía. Alejandra desde los tres años ya está cantando. Su primer hit fue Manuelita. “Tenía seis años cuando le pedí a papá grabar con él en el estudio Bluecaps. Me dieron el gusto y grabé En mi viejo San Juan, de Javier Solís, y Sálvame, de RBD”, rememora.

Desde muy pequeño, Alejandro también sintió inclinaciones musicales y se presentó en numerosas ocasiones junto con su hermana, Alejandra, en los actos de la escuela. A los 12 años integró el Mariachi Loco y, luego, el grupo Dinastía Simón, creado por Alejandro Simón, su abuelo, con el fin de difundir la música paraguaya.

El grupo lo componen, además, Ariel Mazacote, Francisco Enriquez, Rodrigo Urdapilleta y Matías Mazacote. Todos con vasta trayectoria en el ámbito musical y conectados entre sí, ya que Ariel, Rodrigo y Matías son familia. “Gracias a mi hermano entré a la música y en grupos de la iglesia. El 60 % de la música es mi vida y el resto le dedico a mi trabajo, el diseño de moda. Junto con mi hermano tenemos un atelier y confeccionamos de todo. Desde uniformes para empresas hasta atuendos de gran soirée. Proponemos las ideas o cumplimos los requerimientos de nuestros clientes”, dice Ariel.

Francisco también comenzó en los coros de la iglesia, aunque viene de una familia de músicos. Su padre y abuelo son reconocidos artistas de nuestro medio. Lo claro es que todos están contentos con esta etapa iniciada con Alejandro Simón y su dinastía. “Es un nombre que suena fuerte y estamos listos para mostrar lo mejor de nosotros como artistas. Unir nuestras experiencias, nuestro canto y conocimiento, sin duda, nos va a beneficiar a todos. Y buscar siempre la excelencia, claro”, coinciden los jóvenes.

Además de su extraordinario canto, el grupo tiene una mirada crítica acerca de la música de raíz folclórica y la labor del que compone o interpreta. “La música folclórica es nuestra identidad, grandes compositores elevaron el nombre del país a la historia y, para nosotros, es un orgullo evocar a esos maestros”, sostiene Alejandro Simón.

Y, como conjunto, se encarga de interpretar las letras desde el corazón. “Es muy importante y resulta fundamental poder transmitir lo que se canta”, afirma el líder. 

En esta renovada propuesta, asegura continuar elevando su canto por todo lo alto. Actitud que siempre se vio coronada por premios bien merecidos.  

ndure@abc.com.py

Fotos: ABC Color/Juan Ramón Ávila.

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