"Me imaginaba en uno de esos concursos... Siempre quedaba prendida frente al televisor cuando transmitían los certámenes de belleza, hasta que un día estando en el trabajo, en el Banco de Inversiones del Paraguay, leí la invitación en el diario. Me armé de coraje y sin contarle absolutamente a nadie, decidí participar", rememora.
Lo demás ya se sabe. Fue electa Miss Paraguay, certamen que la llevó a varios otros como el de Miss Universo, realizado en Manila, Filipinas; el de Reina Sudamericana, llevado a cabo en Santa Cruz, Bolivia y en donde se llevó el título principal, que la ubicó como la primera Reina Sudamericana Paraguaya, en el año 1994.
También fue la primera paraguaya coronada como Reina Mundial del Oro Verde, en el concurso delmismo nombre que tuvo lugar en la ciudad de Machala, Ecuador. En esa ocasión, también fue electa Reina de los Periodistas. "Ellos hacían una votación aparte y fui su favorita", expresa. La lista sigue. Ostenta, además, el título de primera princesa del evento Reina de la Hispanidad.
LA FAMA NO LE ATRAE
Hoy su vida transcurre tranquila, como a ella le gusta. Tiene el título de licenciada en Ciencias Contables. Se desempeña como ejecutiva de cuentas en el Lloyds Bank plc. Está divorciada desde hace diez años. Tiene una hija de nombre Alejandra Belén. Ahora dice que está casada con el trabajo. "Le dedico bastante tiempo y es por eso que disfruto cuando estoy con mi hija".
Juntas, los fines de semana, pasean en bici, van al Yacht y Golf Club Paraguayo, al parque, ven DVD. La vida de Liliana, de lunes a viernes, no varía mucho. Se levanta a las 06:00, realiza caminata por los alrededores de su casa, en el barrio Fátima, al regresar se toma un yogur con cereales, deja las instrucciones para la casa, para su hija. Cuatro veces a la semana va al gimnasio donde practica spinning y jump fit.
"Tengo un montón de CD en mi auto y apenas subo, los escucho". De vez en cuando, pasa por la cocina y solo por falta de tiempo. ¿Su plato favorito? Medallones de surubí a la crema con panaché de verduras. "Me queda un manjar. Un día te voy a invitar", prometió. Le tomamos la palabra.
UN BELLO RECUERDO
Hoy Liliana está rubísima. Y le sienta muy bien. Atrás quedó la del pelo negro, pero los recuerdos de aquella época los va a llevar "hasta la tumba" y espera poder contárselos a sus nietos. "No estoy arrepentida de haber cambiado la fama por una vida de incógnito". Por ahora, sus planes futuros se centran n ser una buena madre. "Busco transmitirle valores y principios cristianos, quiero que sienta orgullo de su madre... Recién ahí voy a poder decir que estoy satisfecha con la vida".