Traducido a 49 idiomas diferentes, tal vez ni el propio autor de Platero y yo, Juan Ramón Jiménez, se habrá imaginado nunca que su obra se leería en guaraní. Y gracias al trabajador de nuestra lengua guaraní y gestor cultural Prof. Lino Trinidad Sanabria, nuestro país se une a los festejos por los 100 años de la primera publicación de la celebrada obra, con el lanzamiento de una edición especial de la traducción de Platero y yo: Platero ha che, el próximo 23 de diciembre, a las 19:30, en el aula magna de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción.
Se referirán a la obra, el sacerdote Dr. Carlos Heyn, en castellano, y la secretaria de Políticas Lingüísticas, magister Ladislaa Alcaraz de Silvero, en guaraní. El lanzamiento se realiza en vísperas de Navidad porque, precisamente, en diciembre de 1914 fue la primera publicación de Platero y yo. En realidad, la obra tuvo dos ediciones: la primera, en 1914, con 68 capítulos, y la siguiente, la completa, en 1917, que consta de 138. La traducción del profesor Trinidad es la de 68 capítulos.
El objetivo de esta realización es rendir un homenaje a uno de los más grandes autores de las letras castellanas, premio Nobel de Literatura, Juan Ramón Jiménez, y a su inspiradora, su esposa, Zenobia Camprubí.
Trinidad resalta que esta es una edición realizada en los dos idiomas: guaraní y castellano, en un mismo tomo, gracias a la gestión del sacerdote Nilo Damián Zárate, director del Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica (Ceaduc).
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Respecto a los motivos de la traducción, cuenta que su objetivo desde un principio fue la necesidad de plasmar el idioma guaraní en una obra de trascendencia. “Yo sabía que a través de Platero y yo el idioma guaraní podría recorrer el mundo y, efectivamente, eso se logró: Platero ha che llevó por el mundo entero nuestra lengua vernácula”.
La primera edición de la traducción fue publicada en Asunción a mediados de los 80. A propósito, revela que en un principio corrieron otros títulos por su mente, como Juvenilia, de Miguel Cané. “Pero cambié de idea porque Platero siempre fue mi libro de cabecera”. Se abocó a la tarea entre 1984 y 1985, durante su segundo exilio en Buenos Aires, Argentina. En julio de 1986 regresó a Asunción para la publicación de Platero ha che.
Para Trinidad, la importancia de la obra radica en su vinculación con nuestra cultura y difusión del idioma. “Queremos expresar esta gran satisfacción por haber utilizado esta gran obra para difundir el idioma guaraní”.
Según el autor, Platero ha che tiene una historia muy larga, tanto como la original, y muy pronto pasó a convertirse en un clásico en lengua guaraní. Al respecto, Trinidad manifiesta sentirse más comprometido aún con nuestra cultura. “Cuando me preguntaron cómo se me ocurrió traducir Platero y yo al guaraní, contesté que estamos muy vinculados con la lengua castellana, porque es una de nuestras lenguas oficiales, pero nuestra lengua guaraní tiene que estar por delante siempre, y por eso quiero que el guaraní y el castellano estén juntos; tienen que estar hermanadas. Entonces, decidí publicarlas en una misma obra: Platero y yo - Platero ha che”.
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