Uso de fertilizantes solubles en riego

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A la hora de hacer mezclas, se debe considerar la compatibilidad de los fertilizantes a ser utilizados.
A la hora de hacer mezclas, se debe considerar la compatibilidad de los fertilizantes a ser utilizados.

De los 1.500 millones de hectáreas cultivadas en el mundo, solamente se riegan unos 250 millones de hectáreas (17%). Sin embargo, este 17% proporciona alrededor del 40 por ciento de la producción mundial de alimentos (FAO). El ingeniero agrónomo Rubén Franco, de la firma Plastiagro, nos explica la importancia del uso de fertilizantes solubles en riego.

Lo mencionado anteriormente se refiere a la agricultura en general, si consideramos solo la producción hortícola la dependencia del riego es aun mayor, ya que los cultivos de este rubro, aunque muy variados, son mas susceptibles al estrés hídrico.

¿Qué es un fertilizante?

Los fertilizantes son sustancias que proveen nutrientes que los cultivos necesitan. Son sustancias que contienen elementos o compuestos químicos nutritivos para los vegetales, en forma tal que pueden ser absorbidos por las plantas. Fertilizantes fabricados industrialmente son llamados fertilizantes minerales.

¿Qué fertilizantes usar?

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Según Cadahia (2005) en primer lugar, la característica lógica y esencial de los fertilizantes sólidos usados en fertirrigación o hidroponía es que sean solubles en agua, con el fin de obtener en disolución los nutrientes contenidos en los mismos. Por lo tanto debe especificarse en sus etiquetas las denominaciones “cristalino soluble” o “soluble para fertirrigación”. En el caso del fertirriego su solubilidad evitará obturaciones en los emisores, el uso de fertilizantes líquidos presenta menos complicaciones a la hora de mezclarlos con el agua de riego. También se debe considerar su compatibilidad con otros fertilizantes de modo de evitar precipitados.

Atención con el agua de riego

En general no se presta mucha atención a las características del agua de riego, excepto cuando existen problemas como la quema de plantas, la obstrucción de los emisores de goteo o los microaspersores.

La Tabla 1 presenta los parámetros para evaluar la calidad del agua de riego para las verduras, en referencia a los niveles críticos por encima de los cuales puede ocurrir el daño al desarrollo de las plantas, o la posibilidad de obstrucción en los sistemas de riego, o incluso la posibilidad de reacciones químicas, que afectan la disponibilidad de elementos minerales, entre otras consecuencias. El pH del agua no debe ser inferior a 5,0-5,5. En relación con la conductividad eléctrica del agua (CE) una de las unidades más usadas actualmente es en mS/cm. Cabe señalar que 1 dS/m = 1 mS/cm, y corresponde a aproximadamente 640 mg de sal por litro de agua. El término RAS significa la relación de adsorción de sodio.

La literatura internacional muestra que hay diferentes comportamientos de diferentes hortalizas con respecto a la tolerancia al posible exceso de elementos como boro, sodio, cloro, tanto en el agua de riego como en el suelo. Las remolachas y las cebollas, por ejemplo, toleran hasta 4 mg/L de boro en el agua de riego, mientras que cantidades de alrededor de 1 a 2 mg/L de boro dificultan el desarrollo de otras verduras como el locote, alcachofa y chaucha.