Los árboles y sus beneficios con el entorno - Ing. For. Óscar M. Vera Cabral (*)

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Los árboles son organismos que ofrecen una inmensa gama de beneficios al hombre y los demás seres vivos. Por ser del reino vegetal, pertenecen al primer eslabón de la cadena alimentaria. Son organismos autótrofos, o sea que, por su categoría primaria en esta disposición jerárquica, no dependen fundamentalmente de otros organismos para vivir, debido a que generan su propio alimento. Sin embargo, los peldaños inferiores de esta cadena, constituidos por los consumidores y descomponedores, basan su existencia en una directa dependencia de las plantas.

Mediante uno de los procesos biológicos o naturales más importantes, que es la fotosíntesis, las plantas realizan la conversión de la energía luminosa en energía química mediante la combinación de ciertas sustancias tomadas del medio (dióxido de carbono CO2 y agua) con la energía del sol, para la producción de azúcares y almidones con el objeto de emplearlos como combustible en la realización de sus funciones vitales. Como producto secundario, liberan oxígeno al ambiente. Por razón de la fotosíntesis y sus productos, las plantas emplean una parte de oxígeno para la respiración. Invierten porciones exigidas para la formación de tejidos corporales constitutivos y almacenar sustancias de reserva en sus distintos órganos (raíces, tallos, hojas, flores y frutos), los cuales constituyen en forma directa e indirecta la base de nuestra alimentación; la primera, por el consumo de partes vegetales, y la segunda, para alimentación animal de consumo humano.

FOTOSÍNTESIS

Para la fotosíntesis, los árboles absorben CO2, principal componente de las emisiones causantes del efecto invernadero y el cambio climático; fijan el carbono en sus tejidos, disminuyendo así la concentración en el medio. En ambientes con alta concentración de partículas en suspensión, tales como polvo, hollín, cenizas, arena y humo, los árboles reencausan y atrapan estos elementos mediante la adherencia a los tallos, ramas y hojas, permitiendo que la lluvia los lleve al suelo al lavarlas. Esto también lo realizan través de la transpiración, cuyo vapor atrapa las partículas contaminantes antes mencionadas. Los árboles tienen una importante influencia sobre los componentes del clima, tales como la radiación solar, la evaporación y transpiración del agua por los organismos, la temperatura, los vientos, la precipitación y la humedad.

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COBERTURA DE LA TIERRA

La radiación emitida por el sol llega a la tierra en unas cantidades que, por efecto de la cobertura de los árboles, cierta porción de ellas es interceptada y absorbida por las hojas mediante sus pigmentos fotosintéticos; otra parte es reflejada y dispersada a la atmósfera, no permitiendo que este segmento llegue al suelo y evitando el aumento de su temperatura. Al regular la cantidad de energía solar se reduce la temperatura, y se evita la evaporación excesiva de la humedad del suelo y los espejos de agua. Esto también tiene efecto sobre la posible transpiración de la vegetación. El desplazamiento del vapor de agua a través del suelo transporta sustancias desde horizontes profundos hasta su arrimo a la superficie. Esto genera gran concentración de las mismas en capas superiores, tal como sucede con las sales en la región occidental de nuestro país. La excesiva evaporación de la humedad del suelo redunda en una exigua disponibilidad de agua en el suelo para las plantas y demás seres vivos.

TRANSPIRACIÓN

De acuerdo a Henninger et al. (1989), un árbol adulto puede transpirar entre 400 y 500 l de agua por día. Las partículas de agua transpiradas interceptan absorbiendo y reflejando la radiación solar. La presencia de vapor de agua en el ambiente, producto de la transpiración, reduce la temperatura al incidir en el diferencial de la energía calorífica del aire con el valor de las partículas de agua. De esta manera, pueden disminuir la temperatura local hasta en 20 °C (Carvallo, 2006). Además, influyen en la temperatura al constituirse en barreras que evitan el intercambio de masas de aire con bajas temperaturas por aire caliente. Distintamente, en el invierno no permiten la pérdida de calor de la superficie del suelo, debido a que hacen de telones entre el aire frío y los materiales superficiales calientes. Esto se puede notar cuando las temperaturas nocturnas invernales son más altas bajo el dosel de los árboles, contrariamente que en áreas abiertas. Las diferencias de temperatura pueden ser causantes del movimiento del aire o viento.

FOLLAJE

El movimiento del aire o los vientos pueden aumentar el caudal de evaporación, transpiración de la superficie de la tierra y su cobertura; pueden desplazar y renovar masas de aire con temperaturas diferentes. El viento desgasta los suelos, disminuyendo su fertilidad al transportar los sedimentos a altas velocidades, que pueden arremeter contra la vegetación y producir daños importantes. El transporte de productos de la erosión eólica concluye con la deposición de estos ante algún obstáculo. Si la barrera física es sólida, puede resultar en la concentración elevada de las sustancias constitutivas predominantes de los sedimentos e iniciar el proceso de desertificación, indistintamente si el destino de los sedimentos fuese algún curso de agua; esto podría concluir en la contaminación del vital líquido. El movimiento del aire también afecta al confort del ser humano. Los árboles tienen una gran preponderancia sobre el viento al desviarlos, encauzarlos, filtrarlos y amortiguar su incidencia directa; reducen su velocidad y pueden crear áreas con distintos microclimas.

AGUA

La contribución de los árboles y bosques al suministro del agua se atribuye comúnmente a algún efecto directo que estos ejercen sobre el volumen de precipitación. El tamaño de este efecto sigue siendo dudoso; por una parte, porque solo se han intentado unos pocos estudios, y por otra, debido a que es difícil eliminar la variabilidad que ofrece el sitio y el tiempo. Los resultados sugieren que la mayoría de los efectos son de carácter local (Wadsworth, 2000). Los efectos de carácter local son varios, pero pueden resumirse en que los árboles atrapan y filtran la radiación solar, controlan la temperatura y el flujo del aire, transpiran agua y reducen la evaporación de la humedad del suelo administrando la cantidad de vapor de agua en las nubes. El follaje de los árboles intercepta la lluvia, estrechando su velocidad de caída y conduciendo el agua hasta el suelo. Al reducir la energía cinética de la lluvia se evita el efecto disgregador de las gotas de lluvia sobre el suelo, se conduce mansamente el agua al suelo, se constituye en obstáculos que permiten la infiltración, y se evita el escurrimiento del agua y la erosión. De esta manera son eficientes protectores del suelo y el agua. En la formación y mantenimiento de los suelos, los árboles tienen una activa participación. Ayudan directa o indirectamente a disminuir el tamaño de las partículas minerales del suelo a partir de un material parental o roca madre, incidiendo sobre ella o favoreciendo la actividad microbiana del suelo. Ayuda al balance de los componentes del suelo interviniendo en el ciclo de los nutrientes, aportando materia orgánica y permitiendo la aireación e hidratación del mismo.

ANIMALES Y FLORA

Para diferentes especies de aves y otros elementos, la fauna y flora asociadas a los árboles constituyen una fuente de provisión de alimento y abrigo; en conjunto, son elementos que interactúan estrechamente entre sí. Los tejidos vegetales amortiguan el impacto de las ondas sonoras y reducen los niveles de ruidos. Los árboles son elementos estéticos insustituibles; por sus formas, color de hojas, flores y frutos, enriquecen notablemente el paisaje. Son empleados para la definición y articulación del espacio, para formar cercos vivos y otras coberturas en el paisaje. Mezclados con otros componentes arquitectónicos, pueden ser usados para encerrar, contener, ligar, agrandar, reducir y articular el espacio. Los beneficios proporcionados por los árboles pueden ser agrupados en: beneficios sociales, medioambientales y económicos. Los sociales son aquellos cuyo alcance favorece a la sociedad en su conjunto, tales como la producción de oxígeno el control de ciertos elementos del clima, la protección de los suelos y el agua, entre otros. Los medioambientales son aquellos cuya influencia regula, mejora y acrecienta la calidad del ambiente, tales como la captación del CO2 y otros contaminantes, amortiguando la contaminación visual y sonora, entre otras.

(*) Técnico docente del departamento de Silvicultura y Ordenación Forestal - Ingeniería Forestal (FCA-UNA).