Poda de árboles urbanos - Ing. For. Oscar Manuel Vera Cabral (*)

Este artículo tiene 9 años de antigüedad
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Los árboles brindan una diversidad de bienes y servicios al hombre, sin embargo, resulta fundamental conocer aquellos trabajos culturales como la poda, de tal manera a que el recurso no represente un problema. Esta labor, en especies con fines madereros y ornamentales, es recomendada durante el reposo vegetativo para una mejor regeneración de los tejidos y fácil cicatrización de las heridas en la planta.

La poda es una de las intervenciones de manejo más comunes del arbolado urbano y consiste en eliminar ramas o parte de ellas con un objetivo establecido. Desde el punto de vista técnico, existen diferentes tipos de poda, de acuerdo a una finalidad, método de ejecución, herramientas y equipos utilizados.

CONSIDERACIONES

Es importante conocer que existe una especie de árbol adecuada para cada lugar, en cuanto a espacio físico, aéreo y subterráneo. Cada una posee características peculiares que, mediante la correcta selección, podría satisfacer necesidades particulares. Es importante destacar que los árboles requieren de una atención o manejo diferenciado, que incluya un conjunto de intervenciones y el empleo de métodos específicos.

PODA DE FORMACIÓN

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La poda de formación es aquella aplicada, principalmente, a los árboles urbanos, en mayor escala y desde edades tempranas. Consiste en la eliminación sistemática de parte de las ramas de una copa, hasta lograr la forma deseada y en atención a la arquitectura natural de cada especie arbórea.

En este tipo de intervención, el operario debe evitar el corte de ramas en el punto de unión con el tallo que es, por lo general, el causante de la desarticulación definitiva de la conformación innata de la copa. Además, esto crea heridas importantes, que de acuerdo al diámetro, podría causar roturas y, más tarde, daños al tallo y raíces. De ser así, el árbol caerá por efecto del viento.

La poda de formación ayuda a regular la expansión de la altura del árbol, permite moldear su forma, ayuda a aumentar la expansión lateral y cobertura del follaje y, por ende, la eficiencia en prodigar sombra.

PODA SANITARIA

La poda sanitaria busca eliminar ramas, o parte de ellas, que se encuentran muertas o presentan síntomas de enfermedades, tratando de aislar la parte sana de la copa.

Su importancia radica en la eliminación de ramas que disminuyen la vitalidad del árbol.

La práctica de la poda sanitaria no atiende los métodos de la poda de formación. Sin embargo, es indispensable practicarla en el momento oportuno y con los métodos adecuados. Al aplicar esta intervención se alienta a aumentar la renovación del árbol, se prolonga su vida y la seguridad de los beneficiarios.

Uno de los factores que influye en la muerte de las ramas, en algunos árboles, es la presión que ejercen otras especies que están en su entorno, que imposibilitan, al más pequeño, a recibir la luz del sol para realizar la fotosíntesis.

PROCEDIMIENTO

La forma en que se realizará la poda representa uno de los puntos más importantes, ya que de esto depende el éxito de la operación.

Una de las formas que evita que las plantas sufran alguna rajadura de ramas, en el momento del corte, es mediante la realización de una operación llamada “poda para alivianar”. Este método se ejecuta con el corte, en el medio, de aquellas ramas gruesas y, luego, se procede en los bordes. Así no habrá posibilidad de que las ramas gruesas puedan romperse por su peso en la unión con el tronco.

HERRAMIENTAS

De acuerdo al tipo de poda, edad, altura y tamaño de las ramas, se empleará los métodos y técnicas adecuados.

En primer lugar, el operario deberá contar, obligatoriamente, con equipos de protección personal, además de conocimientos referentes a las líneas de distribución de energía eléctrica, en las zonas urbanas.

Otros equipamientos son: escaleras, cinturones de seguridad o arnés, sogas, ganchos, poleas, malacates, tijeras de mano, tijeras de mango largo, serruchos curvos, sierras de arco.

RECOMENDACIÓN

Es fundamental el cumplimiento cabal del objetivo de la poda en relación al árbol. Para ello es necesario combinar métodos y técnicas que permitan retirar las ramas sin dañar al árbol.

Evitar en lo posible el uso de machetes, hachas y motosierras, que constituyen herramientas que son empleadas cuando la poda no fue realizada en el período acertado. Estas producen desgarros en la corteza, madera y, además, son muy riesgosas en su manejo dentro de estas operaciones.

Al realizar la poda, también deben resguardarse todos los bienes materiales como edificios, vehículos, líneas de suministro de electricidad o teléfono, entre otros.

(*) Técnico docente del departamento de Silvicultura y Ordenación Forestal - FCA-UNA