Preparación del suelo

Este artículo tiene 13 años de antigüedad
/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2393

Cuando se va a iniciar cualquier tipo de proyecto, lo primero que se debe asegurar es la base. En el caso del jardín, la base es el suelo, para que posteriormente, todo lo que se quiera plantar se desarrolle normalmente. Entonces, lo primero que se debe considerar para contar con un buen jardín es la preparación del suelo. (Ing. Agr. Ricardo Abente)*

RELLENADO

Si se va a comenzar desde cero, hay que tener en cuenta con qué se va a rellenar el suelo. Para cargar el suelo, es recomendable tener una profundidad de 30 cm. El relleno debe realizarse con una tierra muy buena y tiene que ser una tierra arenosa abonada. Esto es importante porque, generalmente, cuando se rellena un jardín se utiliza una tierra de color rojo oscuro, lo que indica que tiene mucha arcilla. Y eso es lo que lleva a que posteriormente se tengan problemas con el drenaje del agua, o con el desarrollo de las raíces de las plantas, porque este suelo no es muy permeable. Entonces lo que se tiene que asegurar es utilizar una tierra abonada, franco-arenosa, lo que se nota con el tacto y esto se usa para rellenar los 30 cm ya indicados. Si a esto se le aplican unos 2 cm a 3 cm de abono puro sería lo ideal para asegurar el desarrollo de lo que se implanta. En el caso en que ya hay un jardín hecho y se quiere corregir el suelo, lo primero que se debe hacer es cavar con una pala a una profundidad aproximada de 20 cm y, en esa profundidad, se deben extraer todo tipo de piedras, así como escombros o elementos que se hayan usado para cargar ese jardín. Como esta es una práctica que se realiza generalmente para rellenar el suelo del jardín, se utiliza lo que se tiene a mano. Si se está en esta situación y ya se tiene un pasto plantado, y además se observan problemas con las plantas porque no se desarrollan bien, se debe realizar este trabajo de cavar y sacar todo lo que no beneficia el crecimiento de las plantas. Luego de esto, se aplica una buena porción de tierra abonada en el lugar donde se quiere trabajar.

PENDIENTE

El segundo punto que hay que tener en cuenta es asegurar que el suelo tenga una pendiente que va a permitir que el agua de lluvia, cuando cae con intensidad en la superficie, se pueda escurrir hasta una rejilla que pueda drenarla correctamente. El cumplimiento de esta recomendación es fundamental, pues de lo contrario, va a haber lugares donde aparecerán charcos de agua o el suelo va a ser más oscuro porque el agua se estanca.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

CAL AGRÍCOLA

Una vez que se tiene la limpieza y la nivelación del suelo, el siguiente paso es aportarle los nutrientes que necesita. Se debe realizar la aplicación de la cal agrícola, que es un corrector químico de la acidez que mejora las condiciones químicas del suelo y facilita el mejor aprovechamiento de los fertilizantes que se incorporen, por parte de las plantas. Cuando se riega mucho el jardín, los elementos químicos del suelo provocan un desequilibrio que desmejora las propiedades químicas y el tenor del pH del suelo. Entonces, lo que se debe hacer es aplicar cal agrícola cada tres años en el jardín, principalmente en Asunción, ya que se tiene la costumbre de regar mucho los jardines.

La cal agrícola se aplica al voleo a razón de 5 g/m2. En el caso de un jardín nuevo, se prepara con el suelo, aumentando un poco la dosis hasta 10 g/m2, aplicando también al voleo; lo mismo sobre el pasto ya instalado, regando encima para facilitar su incorporación en el suelo. Es importante tener en cuenta que la cal agrícola empieza a tener efecto a partir del segundo al tercer mes después de la aplicación. No es un fertilizante, es un corrector de las propiedades químicas del suelo y es fundamental que se aplique antes de realizar las aplicaciones de los abonos o fertilizaciones.

ABONOS ORGÁNICOS

Luego de la cal agrícola, se aplica lo que se conoce como abonos orgánicos. Estos son los que aportan nutrientes al suelo y lo mejoran. Están compuestos de residuos de origen animal o vegetal en total y completo estado de descomposición, lo que implica que estén secos. Pueden ser cáscaras de bananas y de huevos, cenizas; estiércol de gallina, de vaca; humus de lombriz, en general. Pero todos deben estar con un buen estado de descomposición. En caso contrario, si se utiliza por ejemplo el estiércol fresco en el suelo, este va a producir una quemadura en las raíces o en las hojas, porque todo abono orgánico en su proceso de descomposición genera mucho calor. Y este proceso hace que se quemen las raíces o las hojas. De ahí la importancia de adquirir un abono orgánico bien seco, lo que se puede notar por el color mucho más oscuro y además tiene un olor a fresco. Otra característica es que, con el tacto, es parecido a una pasta. En el caso en que el jardín tenga pasto, el abono se aplica en buena cantidad y al voleo, de tal modo que se pueda notar a simple vista. Después se pasa un rastrillo para distribuirlo mejor.

PROPIEDADES

Los abonos orgánicos son poderosos mejoradores del suelo porque poseen una textura y estructura sueltas que mejoran las propiedades del suelo. Por ejemplo, en los suelos arcillosos, mejoran los primeros centímetros, aumentan la aireación y la capacidad de absorción de agua, además del drenaje de agua del suelo. Si el suelo es muy arenoso, los abonos orgánicos elevan la capacidad de retención de agua y mejoran su consistencia. Otra función muy importante es el aporte de microorganismos. Cuando aplicamos fertilizantes químicos al suelo, estos no son absorbidos por las raíces de las plantas en forma directa. Se tiene que dar una serie de transformaciones químicas en el suelo para que las plantas los puedan absorber. Por eso, cuando aplicamos abono químico en un suelo arenoso, muy pobre, sin materia orgánica, desperdiciamos ese abono, ya que la planta va a poder absorber una pequeña cantidad del mismo. De ahí la importancia de aplicar el abono orgánico antes de usar el fertilizante químico, así aseguramos que el suelo tenga una importante cantidad de materia orgánica en su composición. Los microorganismos son los que inician directamente en el proceso de descomposición de esos elementos químicos, para ponerlos a disposición de las plantas y estas puedan absorberlos por las raíces.

FERTILIZANTES QUÍMICOS

Posteriormente al abono orgánico, se realiza la aplicación de fertilizantes químicos. Uno de los más utilizados es el completo, que se conoce comúnmente como 12-12-12; o el 15-15-15, que se refiere a las combinaciones de los nutrientes más importantes, que son el nitrógeno, fósforo y potasio. Ambas indican que son equilibradas en su porcentaje. Generalmente, están formulados como granos de difícil disolución en el agua. Por eso se aplican al suelo y que, con la lluvia y el riego, se van disolviendo dentro del suelo. No tienen que estar en contacto con las hojas, porque pueden producir quemaduras importantes. Lo ideal sería, cuando ya se tiene el pasto establecido, disolverlos dentro de una regadera de 10 litros en la dosis recomendada y aplicarlos en forma de riego. Y esto es válido también para la urea, que es el otro tipo de abono químico que solo tiene nitrógeno en su composición. El nitrógeno sirve para el desarrollo y fortalecimiento del follaje de las plantas y del pasto; vale decir que favorece el crecimiento de las hojas en general. La respuesta a la urea es mucho más rápida que la del fertilizante químico completo, porque el efecto es sobre las hojas y eso se nota con mayor rapidez. El potasio, por su parte, sirve para fortalecer el sistema radicular y el tallo de las plantas, brindando una mayor resistencia a las enfermedades. Y con el fósforo, lo que se busca es un desarrollo de las raíces y también el mejoramiento en la producción de flores y de frutos.

(*) Especialista en Jardinería