Reyes Magos 2020

La Epifanía o Día de Reyes

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El parking para camellos está listo.
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La mayoría de los países de fe cristiana celebran el Día de Epifanía o Día de Reyes, una de las festividades más antiguas de su calendario. Esta fecha se elige para obsequiar juguetes a los niños.

La Epifanía o Día de Reyes es una de las festividades religiosas cristianas más antiguas del calendario, que se recuerda cada 6 de enero.

En Paraguay, es costumbre dejar los zapatos en torno al pesebre o la ventana para recibir los regalos y la gracia de los tres Reyes Magos, además de prever pasto y agua para sus camellos, para que recobren fuerzas para su siguiente recorrido.

En el libro Who’s Who in the Bible: Unforgettable People and Timeless Stories from Genesis to Revelation, publicado por National Geographic Books señala que las representaciones más populares de la Navidad parecen comprimir la historia de la Natividad para hacer que parezca que los tres Reyes Magos se presentaron en Belén en Navidad, pero las celebraciones tradicionales sitúan su visita 12 días después de Navidad.

Por ello, la conmemoración oficial de la llegada de los Magos se celebra el 6 de enero, mientras que los cristianos ortodoxos lo celebran el 19 de enero.

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En la Biblia, no se denominan reyes ni se especifica cuántos son, sino que solo se dice que son “sabios de Oriente”. En muchas cortes de Oriente, entre ellas las de la antigua Persia y la antigua Babilonia, los astrólogos solían hacer las veces de asesores sacerdotales, expertos en el arte de la magia. En los siglos transcurridos desde entonces, los tres magos han sido interpretados como reyes.

Según el Evangelio de Mateo, una brillante estrella guió a los magos desde Oriente hasta detenerse “sobre el lugar donde se encontraba el niño” y “al entrar a la casa, vieron al niño con María, su madre” (Mateo 1:24).

Los magos se arrodillaron ante el niño Jesús y “le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra”. Es posible que sus regalos sean una alusión a la visión de Isaías de las naciones que rendían tributo a Jerusalén: “Multitud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa; vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán alabanzas de Jehová” (Mateo 2:11, Isaías 60:6).

El rey Herodes había oído rumores del nacimiento de un nuevo “rey” y, celoso, buscó al bebé. En el Evangelio de Mateo, los tres magos se detuvieron en el palacio de Herodes de camino a Belén y el rey les pidió que le hicieran saber dónde estaba este niño recién nacido, para “poder ir a adorarlo”. Pero, en un sueño, se advirtió a los Reyes Magos de que no regresaran con Herodes, de forma que “se volvieron a su tierra por otro camino” y nunca se volvió a hablar de ellos (Mateo 2:12).

Las narraciones posteriores de la historia identificaron los nombres de los magos, así como sus tierras de origen: Melchor de Persia, Gaspar (también llamado Caspar y Jaspar) de la India y Baltasar de Arabia. Sus presentes también tenían significados simbólicos especiales: el oro representaba la condición de Jesús de “rey de los judíos”; el incienso, la divinidad del niño y su identidad como Hijo de Dios; y la mirra se refería a la mortalidad de Jesús.