La universidad amordazada

Movimientos estudiantiles han existido desde la época fundacional de la universidad. Han sido frecuentes y característicos en Latinoamericana luego de la Reforma de Córdoba en 1918. En nuestro país, luego del 18, mediante luchas estudiantiles se han considerado las ideas modernizantes de la reforma: introducción de la investigación científica, democratización de las admisiones, autonomía y extensión universitaria. Hubo logros en las leyes escritas pero no en el quehacer diario de la universidad, que permaneció medieval, y lo político siempre predominó sobre lo académico.

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Dr. Antonio L. Cubilla


Acompañando al trágico destino de la política del país el problema universitario se agravó con la injerencia directa del gobierno en la universidad. Fue durante los gobiernos de Morínigo y sus sucesores colorados, de índole fascista ya en aquella época. La intolerancia con la libertad de expresión culminó con la intervención estatal de la Universidad Nacional en 1948 hasta entonces protegida de los avatares políticos por la autonomía universitaria.

El enfoque academicista de quienes se rebelaron en Córdoba se diluyó en rebeliones latinoamericanas originadas para propagar las ideas de la Reforma. Si los movimientos utilizaron la retórica cordobesa su intención fue política y coyuntural ante los sistemáticos abusos del Estado, violador permanente de la libertad de expresión y la autonomía universitaria. No había tiempo ni espacio para una discusión académica de altas ideas.

En este marco se inscribe el importante libro del profesor Mariano Bordas que presentamos hoy. Trata de los antecedentes y secuelas de una rebelión estudiantil universitaria donde él mismo fuera principal protagonista.

Con el sugestivo titulo “La universidad amordazada” nos entrega este volumen que consta de dos partes: la primera, la “Intervención de la Universidad Nacional y el movimiento estudiantil de 1954” y la segunda “La crisis de la universidad actual”. Existe además un apéndice con documentos de la época, que completa 185 páginas.

Concepto de “intervención”

La palabra intervención pareciera no demostrar un significado especial para las generaciones recientes, como su prologuista el profesor Carlos Alberto González lo indica, porque existiría como una amnesia hacia acontecimientos fundamentales que ocurrieron en nuestro país en largos años de gobiernos anti-libertarios. El doctor Bordas nos relata descarnadamente una rebelión estudiantil iniciada en la facultad de Medicina contra la intervención de la universidad y contra el abuso del poder del gobierno de entonces.

Nos explica el doctor Bordas que, terminada la revolución del 47 y siendo presidente de la República Higinio Morínigo, se decretó por ley la intervención de la universidad. El argumento fue el incumplimiento por la universidad de sus fines de investigación científica y eficaz preparación profesional. Otro argumento, probablemente el principal, fue el de la participación de profesores y estudiantes “en la preparación, y ejecución” de la revolución del 47.

De allí en adelante y por casi 10 años, los gobiernos colorados se atribuyeron la potestad de remover, elegir y promocionar rector, decanos y profesores en todas las facultades de la Universidad Nacional. Esta actitud provocó una estampida de docentes significativos, especialmente en la facultad de Medicina. Los puestos de esclarecidos docentes ganados por concurso fueron ocupados “a dedo” por otros de conocida mediocridad y oportunismo cuyo solo mérito haya sido la simpatía o la afiliación partidaria.

El discurso del Dr. Bordas

El punto culminante de la narración del doctor Bordas se refiere a su discurso del 19 de junio de 1954: fue pronunciado ante autoridades nacionales, diplomáticos, docentes y alumnos en una inauguración en la Sala de Pediatría. Estaban presentes el decano profesor Boggino, el Presidente de la República arquitecto Tomás Romero Pereira, y el interventor de la Universidad, doctor Sapena Pastor.

El doctor Bordas, como presidente del Centro de Estudiantes, luego de escuchar los discursos de profesores y decano que fueron para agradar a las autoridades, solicitó la palabra al decano, quien se la concedió. Esbozó Bordas críticas a la gestión gubernamental, a la actitud mendicante del Hospital ante los gobiernos extranjeros, a la falta de cumplimiento del gobierno con la universidad y sobre todo criticó la intervención de la universidad. Mencionaba el doctor Bordas en su discurso el daño producido por la intervención que produjo el alejamiento de notables profesores. Proféticamente advertía que este daño académico y moral se extendería a futuras generaciones y sería irreparable.

El lenguaje del discurso fue moderado, civilizado y firme, y por ello mismo más doloroso para las autoridades presentes. Correspondiendo a esa tradición de incivilidad, intolerancia y brutismo a que luego nos tendría acostumbrado ese sector gobernante la reacción no se hizo esperar: se decretó la suspensión del doctor Bordas por dos años de toda actividad universitaria, incluyendo la prohibición de obtener certificado de estudios.

Este hecho motivó la huelga y violentas represiones estudiantiles por las fuerzas policiales. Ante la resistencia estudiantil, finalmente aquel gobierno tuvo que ceder y rectificarse suspendiendo la medida contra el doctor Bordas, dos meses más tarde. Muy pronto éste tuvo que forzosamente emigrar a Francia por muchos años, donde afortunadamente pudo enriquecer su formación médica en la difícil disciplina neurológica para aportar al país su sabiduría.

El asalto a la Facultad de Medicina

Otro episodio singular en la lucha contra la intervención de la universidad culminó con el atraco a la facultad de Medicina el 13 de abril de 1956. El doctor Bordas describe vívidamente los avatares del brutal ataque de la policía, conjuntamente con funcionarios ebrios de la APAL, la Ande y seccionales coloradas de la Chacarita, bajo la dirección de Edgar Insfrán. Este barbárico contubernio se repetiría en las revueltas de las décadas del 60 y del 80. Ante la generalización de la insurrección estudiantil y la presión del público, el gobierno, ya de Stroessner, se vio forzado a levantar la Intervención de la Universidad en julio de 1956 so pretexto del cambio de una ley. El movimiento estudiantil liderado por el doctor Bordas fue crítico para el levantamiento de la intervención. Algunos nombres de estudiantes mencionados como luchadores en el libro, hoy queridos colegas y eximios profesores a quienes mucho debemos son: Miguel Angel Martínez Yaryes, Julio César Perito, Gualberto Morales, Omar Sosa, Justo Díaz de Vivar, Martín Llano, José Ferreira Martínez, Rodrigo Díaz Pérez, Federico Guggiari, Duarte Miltos, Doria, Raúl De Gásperi, los hermanos Cibils, que no se han doblegado con los años. También menciona Bordas otros nombres de triste recuerdo, asociados al poder inescrupuloso, cuya sola mención aún hoy nos eriza la piel: Natalicio González, Mario Ferrario, Molas López, Federico Chávez, Alfredo Stroessner, González Alsina, Edgar Insfrán.

Pero a pesar del levantamiento de la intervención el daño a la universidad estaba hecho. El doctor Bordas considera como efectos tardíos de la intervención la dramática situación de obsolescencia, mediocridad y falta de cumplimiento de sus fines en que se encuentra hoy la universidad.

El movimiento estudiantil

Este estudio nos permite especular sobre la particularidad de este movimiento estudiantil que, como muchos en el Paraguay, podríamos calificar como reaccional y político. Creemos que difiere de otros movimientos estudiantiles como los de Córdoba, el mayo francés y la rebelión de los estudiantes norteamericanos en la década del 60. La Reforma de Córdoba fue un movimiento libertario academicista, el mayo francés anarco-sindicalista y el norteamericano resultado del hastío hippie y la reacción de los jóvenes contra los valores conservadores de esa sociedad. Pero sus motivaciones se relacionan con la auto-expresión, con la búsqueda de un crecimiento personal y social como correspondería a sociedades más civilizadas.

Nuestras revueltas estudiantiles sin embargo son resultado de un país maltratado por su infausto destino y no se relacionan con la auto-expresión: son básicas y viscerales, de neta sobrevida. Son reaccionales ante el abuso por parte de los brutos del Estado de derechos humanos elementales. La opresión ha sido la motivación principal de las luchas estudiantiles en el Paraguay. El doctor Bordas, con fundamentos observacionales nos lo recuerda en esta publicación.

Poca voluntad de protesta

Es admirable esa capacidad de lucha contra la opresión que ha caracterizado a nuestra juventud universitaria. Pero el futuro debería ser diferente. Me decía el profesor Martínez Yaryes que le extrañaba la poca voluntad de protesta en la nueva juventud, habiendo aún tantos problemas. En nuestro país se ha instalado una versión paraguaya de la democracia donde existe libertad de expresión, es cierto, pero las estructuras totalitarias permanecen en las leyes anti-libertarias y sobre todo en la mentalidad de sus gobernantes y profesores. Tampoco ha llegado a la universidad la deseada modernización diseñada por los brillantes ideólogos de la Revuelta de Córdoba.

¿Será, como nos dice el doctor Bordas al final del libro, “que las secuelas de aquella larga intervención y la misma dictadura empotrada en la universidad engendraron esta época histórica de tantas deficiencias y son responsables de la caída continua de los valores culturales, sociales y morales”?

Para terminar, creemos que este libro representa un aporte significativo a la escasa bibliografía existente en temas relacionados con los movimientos universitarios en el Paraguay. Está escrito por uno de sus principales actores de una manera sencilla, narrativa, sin permitir que la inserción de documentos interfiera con la fluidez del relato. Su valor es que rescata la memoria de hechos transcendentes de nuestra historia reciente.

Felicitamos al doctor Bordas por su importante contribución. Muchas gracias.

(*) Texto completo de la presentación hecha por el doctor Antonio Cubilla con motivo del lanzamiento del libro: “La universidad amordazada. Intervención de la Universidad Nacional y movimiento estudiantil de 1954. La crisis actual de la universidad” del profesor doctor Mariano Bordas Ferrer
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