Su valor es variable y se espera que en el segmento de transmisión sea menor a 5% y en distribución menos a 10%, aunque lo óptimo seria que las pérdidas totales sean inferiores al 10 %.
Las perdidas eléctricas son una característica del sistema, que nos expresa que la energía no facturada se puede deber a un consumo propio necesario para la transmisión y distribución de la energía eléctrica, a las pérdidas relacionadas a las sobrecargas de las redes de distribución o de transmisión, a errores en el control del proceso de facturación y por el robo de la energía eléctrica.
Estudios de Olade (Organización Latinoamericana de Energía) sugieren que las pérdidas en mayor porcentaje se encuentran en las sobrecargas en el sistema de distribución.
Una empresa puede elegir un indicador y definirlo según sus propios criterios, si sirve para adoptar las medidas de reducción óptimas, pero no puede dejar de considerar que la diferencia entre lo que paga y lo que cobre es la ganancia o pérdida de cualquier empresa.
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Por dos motivos, la forma de calcular las Pérdidas por ANDE deben ser revisadas:
1- No se observa reducción de pérdidas en transmisión cuando entró a operar la LT de 500 kV.
En el 2013, se observa una reducción de las pérdidas totales de 31,4 % a 26,6% (reducción de 4,8%) y que fue la consecuencia de la operación de la LT 500 kV de Itaipú a Villa Hayes, que debería reducir las pérdidas en transmisión, pero llamativamente en los registros de ANDE se observa una reducción de las pérdidas en distribución en 5% y aumento de las de transmisión en 0,2%.
2- Los consumos propios de transmisión y distribución son muy variables.
Resultan llamativos los incrementos de dichos consumos y que en algunos años fue declarado como cero, es decir que en algunos años no hubo consumos propios en transmisión o distribución. Desde el 2011 se cuadruplicó el consumo propio en distribución.
3- Se incluye el consumo de los alumbrados públicos.
Para tener certeza del consumo de energía de los alumbrados públicos, se debe tener la cantidad real de alumbrado público en todo el país, cuales están en funcionamiento, la potencia de cada uno y las horas de funcionamiento de los mismos.
Sin conocer el consumo real de los mismos y se presta para ajustarla a conveniencia.
Desde el 2013, la ANDE descuenta de sus pérdidas un consumo estimado de alumbrados públicos en forma creciente. Si no se considera el consumo de los alumbrados públicos, las perdidas aumentarían en +2% que el valor oficial de ANDE.
Considerando la energía comprada y no vendida se tiene una curva de pérdidas reales y se compara con la de perdidas oficiales. No es solamente una diferencia en la metodología, sino en la implicancia financiera para la ANDE.
(*) Expresidente de la Unión de Ingenieros de la ANDE. Docente de la Facultad de Ingeniería de la UNA.
