Bancos públicos de desarrollo y su importancia en el apalancamiento de los sectores económicos

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FASES DE LOS BANCOS PÚBLICOS DE DESARROLLO (BPD)
FASES DE LOS BANCOS PÚBLICOS DE DESARROLLO (BPD)Archivo, ABC Color

Hace más de 60 años las economías en todo el mundo han recibido, en menor o mayor medida, el impulso de los bancos públicos de desarrollo, conocidos como BPD; que son instituciones financieras del Estado cuyo mandato consiste en fomentar el desarrollo socioeconómico a través del financiamiento de actividades, sectores o segmentos económicos específicos. Además, los bancos públicos de desarrollo se basan en dos elementos: la participación pública en el sistema financiero y el objetivo esencial de proveer financiamiento para proyectos socioeconómicos, o que estén enmarcados dentro de una política pública nacional (De Olloqui, 2013- Banco Interamericano de Desarrollo).

Los BPD han atravesado por tres etapas a lo largo de las últimas décadas. La primera fase (1950-1960) se basó en las teorías de desarrollo económico con énfasis en la inversión y en la intervención estatal directa en sectores económicos considerados prioritarios. Durante esta etapa, los BPD se expandieron, principalmente, en Asia y América Latina. Y con el tiempo pasaron de atender el crédito para proyectos industriales y de infraestructura, a responder con préstamos para el sector rural y de vivienda.

La segunda fase (inicio de la década de 1980) se centró en la discusión de que los BPD no estaban cumpliendo con sus objetivos de desarrollo. Los que se traducían en fuertes pérdidas fiscales y recurrentes necesidades de recapitalización. Para revertir la situación se llevó a cabo una serie de políticas de racionalización de estas instituciones. Entre los años 1987 y 2003 se privatizaron alrededor de 250 BPD en todo el mundo.

En tanto que otros bancos fueron reestructurados o liquidados, debido a la fuerte intervención política en las decisiones financieras. Esta práctica, movida por intereses políticos, impactó en la mala asignación de los recursos públicos.

La tercera fase, que se inicia en la década de 1990 hasta la actualidad, contempla el resurgimiento de los bancos públicos de desarrollo como respuesta a las restricciones crediticias. Pero a diferencia de las etapas anteriores y de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, esta vez la intervención estatal se enmarca en las prescripciones de las teorías de la economía institucional. Las mismas admiten que la intervención pública puede ser beneficiosa bajo ciertas condiciones, particularmente cuando complementa o facilita las actividades del sector privado y lo hace de manera costo-efectiva.

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La renovada figura de los BPD no solo se ha visto en países emergentes de América Latina y el Caribe, África y Asia, sino que también ha llegado a países de Europa y América del Norte. Esta participación quedó marcada en el rol anticíclico que tuvieron los bancos públicos de desarrollo durante la crisis mundial de 2008. De hecho, entre los años 2007-2009, la cartera crediticia de estas entidades, a nivel mundial, creció 36%, frente al incremento de 10% de la cartera de bancos comerciales (De Luna-Martínez y Vicente, 2012).

Los resultados auspiciosos del funcionamiento de los bancos públicos de desarrollo en América Latina y el Caribe también se vieron en Paraguay, donde el Banco Nacional de Fomento (BNF) y la Agencia Financiera de Desarrollo (AFD) han sido importantes jugadores en los nuevos esquemas de financiamiento, y el instrumento más visible fue en el sector de viviendas. Sin embargo, las nuevas demandas, tanto sociales como económicas, exigen políticas de actualizaciones en el corto plazo. Estos y otros puntos son analizados por la consultora MF Economía en la presente edición.