De acuerdo al reporte de prensa de la banca matriz, el reconocido académico destacó igualmente que es fundamental tener en cuenta que los estímulos fiscales no deben ser permanentes, pero que su retiro tiene que ser “gradual y no antes de tiempo”, de manera a no afectar negativamente a los sectores que los reciben y que debieran ser precisamente los más afectados por la pandemia del covid-19.
Inversión pública
Con respecto a la inversión pública, apuntó que esta debe contemplar sus conexiones con la privada y ejecutar las que mejor complementen, pues es mucho más limitada. “Es importante reducir la burocracia para la inversión privada, no es que no cumplan las leyes, sino acelerar los procesos”, remarcó.
“Se debe beneficiar la inversión en I+D (inversión y desarrollo), pero no solo en la industria, sino en cualquier sector que la incorpore”, añadió.
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Finanzas públicas
En cuanto a las finanzas públicas sostuvo que “debemos acostumbrarnos” a vivir con niveles de deuda más elevados que antes de la pandemia, siempre y cuando estos sean igualmente sostenibles en el tiempo.
Con respecto a la recuperación económica, subrayó que precisamente los sectores más competitivos de Paraguay –como la agricultura– es de los sectores menos afectados por la crisis, lo cual deberá contribuir a que el producto interno bruto pueda recuperarse con menores complicaciones que otras economías basadas mayormente en segmentos como los servicios, por ejemplo.
Por otro lado, el exministro chileno y exasesor del gobierno paraguayo en temas fiscales advirtió sobre posibles riesgos de tensiones comerciales y políticas entre países, especialmente China y Estados Unidos, en medio de la crisis del covid. Además sostuvo que aumentarían las restricciones en exportaciones, sobre todo de insumos médicos. También advirtió que el surgimiento de una segunda ola de contagio que nos agarre desprevenidos, sin la vacuna podría ser letal para la economía mundial.
Larraín refirió que la mayor parte del mundo hoy está en recesión a causa de las medidas de confinamiento para frenar la propagación del virus y que no se había visto una contracción económica tan sincronizada en 150 años.
Si bien el virus no tiene una tasa de mortalidad tan fuerte como se vio en otras epidemias, el acelerado nivel de contagio y rápida propagación en el mundo ha desencadenado en una recesión económica en cadena. Además, el nivel de deuda ha superado picos históricos.