La relevancia de la agricultura tecnificada en la economía paraguaya

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El sector agrícola es parte clave en la actividad económica del país y el crecimiento del complejo oleaginoso hizo que Paraguay sea hoy un jugador a ser tomado en cuenta en el escenario internacional. El país posee el 3% del mercado mundial de soja, posición ganada tras un proceso que llevó años, incorporando tecnología de última generación en campos de economía familiar, con ganadería de subsistencia y otras estrategias adquiridas. En las últimas dos décadas, el área sembrada en el país se triplicó, pasando de 1.176.460 Ha. en zafra 1999/2000 a 3.631.000 Ha. en campaña 2019/2020.

Históricamente, Paraguay ha exportado lo que produce, ya sea en granos de soja, derivados y complejo de cereales (trigo, maíz y arroz).

Hasta el 2012, un alto porcentaje de la comercialización se realizaba en forma de granos, pero un año después, con la llegada de las grandes empresas exportadoras

multinacionales, la expansión de la producción de soja tuvo un fuerte impacto sobre la capacidad instalada para la molienda.

En la campaña 1999/2000, Paraguay produjo alrededor de 3.000.000 de toneladas, casi cuadruplicando su nivel en la última campaña.

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En lo que respecta a las exportaciones, en la referida zafra citada, la comercialización fue de alrededor de 2,3 millones de toneladas. Se estima que para este año, las exportaciones superen los 6 millones de toneladas, lo que significaría una duplicación de las exportaciones de granos y derivados.

Con el incremento en la producción, el complejo sojero pasó a ser el primer producto de exportación del país, logrando reemplazar al algodón y a la carne vacuna, que años atrás eran los más importantes para la balanza comercial paraguaya.

Importancia del complejo oleaginoso en la economía nacional

Datos oficiales como los del Banco Central del Paraguay (BCP) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) muestran la relevancia del sector de la oleaginosa en la economía paraguaya, siendo el clima el factor determinante.

De hecho, el comportamiento del agro y la industria en tiempos de sequía tiene efectos negativos como un menor uso de energía en general por parte de las grandes empresas y una reducción en la circulación del dinero en la economía.

Luego de varios años y solo hasta el 2019, no se registraron eventos adversos desafiantes para la economía paraguaya. Luego del efecto rebote observado en el 2013, durante los años 2014 al 2018 se registró un crecimiento promedio de 4,1% del Producto Interno Bruto (PIB), siendo el año 2017 el de mayor destaque con una expansión del 5,0%.

Para el caso del subsector agrícola, durante este mismo periodo de tiempo, el promedio de crecimiento fue del 3,0% y en el 2017 se ubicó en 7,9%. Todos estos datos, acompañados de otros factores, inyectaron cierta previsibilidad a la economía paraguaya.

Con el cambio de gobierno de 2018, la expectativa estaba anclada en que continuaría la estabilidad económica en el país. Sin embargo, a finales del 2018 ya se observaba una desaceleración de la economía, la cual fue agravándose durante el año 2019 cuando se dieron eventos adversos como una sequía a inicios de año y meses después, se registraron inundaciones por la crecida de los ríos.

Estos choques climatológicos impactaron fuertemente en la economía durante el 2019. Dados los mencionados escenarios, el crecimiento al cierre de ese año fue nulo. En la misma línea, el sector primario fue el más afectado con una caída del 3,6% y el subsector agrícola registró una retracción del 4,9%.

Estructura productiva y comercial de la soja

A modo de entender y dimensionar esta actividad, es importante conocer la estructura productiva y comercial de la soja y su cadena.

En Paraguay, la zafra agrícola 2019/20 cerró con números récords que, a pesar del retraso en la siembra, dio buenos resultados finales. De acuerdo con las cifras del MAG, la producción sojera logró incrementar casi el 3% de la última campaña para obtener mejores resultados. Así, registró un crecimiento de 30,4% con respecto a la campaña 2018/19, con una producción cercana a los 11,0 millones de toneladas.

La comercialización del producto y sus derivados genera divisas para el país de unos 4.000 millones de dólares anuales en los períodos de buen clima.

En los últimos dos años, del total producido se ha exportado, en promedio, 63% de la producción en forma de granos. La cantidad restante ha sido utilizada para alimentar la industria de molienda de soja, donde nuevamente el destino final lo constituye la comercialización en el exterior de harina y aceite.

En cuanto a los principales demandantes de la soja paraguaya, figuran las naciones vecinas Brasil y Argentina. Este último país está coronado como el segundo a nivel mundial, con mayor capacidad instalada para el crushing de soja, que utiliza la soja paraguaya para mejorar la calidad de su aceite, debido al mayor nivel proteico de este.

Conforme a las últimas estadísticas, desde octubre de 2019 a setiembre de 2020, Paraguay ha exportado a Argentina unos 4,5 millones de toneladas y a Brasil, 624,9 miles de toneladas de granos de soja.

En cuanto al aceite, Argentina lidera el puesto como mayor comprador del producto paraguayo, debido a la alta calidad del producto nacional. A Argentina le siguen India y España con el 18% y el 6% del total exportado por Paraguay.

En la estructura de principales demandantes regionales de la harina paraguaya, figura nuevamente Argentina (236,1 mil toneladas), junto con Chile (568,8 mil toneladas) y Perú (181 mil toneladas).

Participación en el comercio exterior y mercado interno

Desde el año 2000 hasta el 2019, los granos de soja y sus subproductos (aceite y harina), como también los principales cereales, han crecido sustancialmente, pasando de una participación del 19,3% en las exportaciones a 42,3% al último año. Este porcentaje se ha mantenido como promedio. Así, el complejo soja es el principal generador de divisas para el país en concepto de exportaciones.

Datos del Banco Central del Paraguay, al cierre de 2019, muestran que la semilla de soja y sus derivados representaron 33% de las exportaciones totales del país, es decir, se comercializaron en el exterior por aproximadamente US$ 2.700 millones. De este total, el 64% fue por la venta de granos, el 23% y 13% con la comercialización de harina y aceite.

Inyección de US$ 5.000 millones a la economía

Otras estimaciones hablan incluso de que la inyección a la economía paraguaya ha sido de unos US$ 5.000 millones al año. Esto al considerar todo el circuito que mueve la oleaginosa.

Respecto a la demanda interna por soja, ya sean en granos, harina o aceite, Paraguay no recurre a las importaciones de estos productos. Con la producción nacional se logra satisfacer la demanda local, según datos del BCP.

En cuanto a las importaciones en materia de productos agrícolas, los agentes del sector productivo en Paraguay realizan importantes inversiones con la compra en los vecinos países e Israel. Paraguay solo obtiene semillas de soja que son para la siembra del cultivo en el futuro, no granos.

En el 2019, las adquisiciones totales de semillas han alcanzado unos 12,5 millones de toneladas por parte de las firmas dedicadas a la actividad. Luego, estas empresas buscan una mayor calidad de la materia prima, lo cual logran en un proceso aproximado de dos años para luego comercializarlas a los semilleristas, quienes se encargan de su posterior siembra.

¿Qué dicen los últimos datos?

Debido al buen desarrollo de la última campaña, al noveno mes de este año ya se logró superar las cifras de cierre del 2019.

En lo que se refiere a granos y aceite, el total exportado supera el 26% y 6%, respectivamente, aunque en harina se observa una caída mayor a la de 7%. Aun así, el total generado a setiembre aumentó a 350,2 millones de dólares, sin considerar lo que estaría ingresando por los retrasos en los envíos existentes ante la bajante de los ríos.

Finalmente, Paraguay como uno de los principales productores y exportadores de granos de soja del mundo, genera lo que comercializa. Los datos oficiales como el del MAG son elocuentes en ese sentido.

Además, la capacidad instalada en los últimos años en nuestro país, en materia de infraestructura, tributaria y legales, han permitido al Paraguay nutrir hasta a su mercado local, sin la necesidad de recurrir a las importaciones.

La estructura económica del país está motorizada por el sector agrícola, principalmente por el complejo de la soja.

El desarrollo y crecimiento de la nación se han cimentado en el sector, que, si bien presenta importantes desafíos, son innegables los procesos que han recorrido y permitido la expansión económica de Paraguay.

* Paraguay, como uno de los principales productores y exportadores de granos de soja del mundo, genera lo que comercializa. Además, la capacidad instalada en los últimos años en materia de infraestructura, tributaria y legales, le han permitido nutrir hasta a su mercado local sin necesidad de importar.

*El desarrollo y crecimiento de nuestro país se han cimentado en el sector agrícola, que, si bien presenta importantes desafíos, son innegables los procesos que han recorrido y permitido la expansión económica del Paraguay.

*Se estima que para este año las exportaciones superen los 6 millones de toneladas, lo que significaría la duplicación de los envíos externos de granos y derivados. Con el incremento en la producción, la soja pasó a ser el primer producto del comercio exterior del país, logrando reemplazar a carne vacuna y algodón.