El proceso de urbanización en Paraguay ha venido creciendo a ritmo acelerado, con el porcentaje de población en las áreas urbanas, pasando de 35% en 1950 a 62,5% en 2020. Se estima que para el 2025 será de 64,4%. En la actualidad, el 62,5% de la población se concentra en el 5% del territorio paraguayo. Las ciudades en el país también se han convertido en los principales motores de desarrollo económico, donde se estima que el Área Metropolitana de Asunción (AMA) representa el 48% del PIB. Adicionalmente, se reconoce hoy a las ciudades como los centros claves para la difusión de la innovación, generación de conocimiento, creatividad y concentración de mano de obra. Sin embargo, el acelerado proceso de urbanización en las ciudades ha traído consigo una serie de desafíos, incluyendo una creciente presión sobre la gestión de los residuos sólidos urbanos (RSU) con efectos negativos en las condiciones medioambientales y en la salud, esto, en particular, para poblaciones vulnerables que son afectadas, de forma desproporcionada, por el manejo inadecuado de los residuos. Según el estudio “Avances y desafíos para el reciclaje inclusivo” elaborado en 2017 por The Economist con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otras organizaciones, de las 12 urbes de América Latina analizadas, el AMA tuvo la puntuación más baja sobre capacidad de organización, eficiencia y normativa en su modelo de gestión integral de residuos sólidos, evaluado mediante 37 indicadores diseñados para el efecto.
Por su parte, el diagnóstico de Iniciativas de Ciudades Emergentes y Sostenibles (ICES) del BID para el AMA, en 2014, señalaba que “el mal manejo de los residuos sólidos en el AMA representa un alto factor de riesgo ambiental, con efectos contaminantes para suelos, aire, aguas subterráneas y superficiales, así como para la salud de las poblaciones asentadas en las cercanías de los vertederos a cielo abierto”. El estudio muestra que la gestión integral de residuos es un tema crítico para la sostenibilidad del AMA por lo que se le ha clasificado en rojo.
Conforme con ese mismo diagnóstico, el nivel de cobertura de recolección de residuos sólidos urbanos (RSU) en el AMA es “demasiado bajo” (68% versus 90% considerado sostenible) y existen serios problemas relativos a la calidad del servicio. No se cuenta con programas de reducción o separación ni infraestructuras para su disposición final adecuada.
Los hogares, que no cuentan con servicio de recolección, recurren a la quema o vierten residuos a zanjas, baldíos y arroyos, etc. Además, no se posee programa de recolección selectiva por lo que los residuos generados en los hogares ingresan a la corriente de transporte y disposición completamente mezclados y contaminados, limitando la posibilidad de un proceso efectivo de separación posterior. Según el diagnóstico mencionado, los dos principales vertederos metropolitanos donde se dispone de aproximadamente el 50% de los residuos sólidos generados en el AMA, no cumplen con especificaciones mínimas de un relleno sanitario. A su vez, los indicadores de cobertura de recolección y de disposición final son los más bajos a nivel histórico en el país.
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