El negocio energético no lo vamos a resolver aplicando las mismas estrategias y con los herederos políticos que lo causaron; bien lo decía Albert Einstein, palabras más o menos: “No podemos resolver problemas usando el mismo pensamiento que los creó ...”.
El Dr. Gustavo De Gasperi (+) tenía una visión diferente sobre las negociaciones y la problemática jurídica de las binacionales. Pero ya no está. Para él y otros paraguayos de bien, tal vez sin el mismo conocimiento, interés, prestigio y visión, la cuestión binacional siempre ha sido algo más fácil de resolver. Un estadista, secundado por un canciller, un director general y, tal vez un técnico, cuatro personas, ya bastaban. Solo se requería carácter, firmeza y patriotismo.
Sin embargo, los agentes brasileños y argentinos en estos condominios energéticos, directores y consejeros paraguayos, secundados por técnicos serviles, lo tornaron denso, complicado y cuasi una utopía. Tampoco podemos olvidar la influencia de unos elementos fantasmagóricos, que algunos niegan su existencia pero que todos sienten su poder: los maletines.
Está llegando la hora de plantear el dilema jurídico de las binacionales en el ámbito del derecho internacional, tal como lo hizo Omar Torrijos con el Canal de Panamá y Evo Morales con el gas boliviano.
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Un grupo de paraguayos ya lo hemos intentado en varios paneles-debates internos, artículos, proyectos de leyes y charlas académicas. Lo hemos hecho en un permanente peregrinar interno al Paraguay profundo, con colorados, liberales y socialistas. No hemos logrado gran cosa. Los maletines siempre nos han ganado.
Ante esta circunstancia, los ingenieros hemos invitado a juristas prestigiosos de nuestra sociedad; sin embargo, estos profesionales están divididos en las famosas dos mitades de la biblioteca, una interpretación se inclina por la modificación del Tratado, y la otra mitad que la considera innecesaria.
En cuanto a los diplomáticos de carrera, o improvisados políticos-caviar, desde Raúl Sapena Pastor hasta el actual canciller, siempre se las ingeniaron para quedar bien con Dios y con el diablo.
El Ing. Castiglioni, exministro de RR.EE., sucumbió por el affaire del acta bilateral sobre Itaipú, pero fue premiado con otro ministerio. El embajador Hugo Saguier Caballero fue premiado con un respetuoso olvido y sigue disfrutando de su dulce jubilación. Nadie paga su negligencia culposa ni su ignorancia, que también es otra variante de la felonía. Ser “traidor de la patria” aquí no es lo mismo que serlo en Inglaterra. Ahí rige la horca o el garrote vil.
Seguir buscando una solución de corto plazo en una mesa técnica con los mismos autores y actores es como bañarse y vestir la ropa sucia. Muchos, hoy en Paraguay, estamos ciento por ciento de acuerdo con la frase Pacta Sunt Servanda. Con este concepto se podría construir la exclusa de navegación y vender nuestros excedentes al mercado brasileño, sin necesidad de colocar un solo bulón en la subestación margen derecha o una tilde del Tratado. Los fondos de la exclusa deben salir de la Itaipú, tal como lo estipula el Anexo B.
Podemos seguir buscando soluciones en caminos paralelos. Un gabinete en la sombra podría dar la solución perfecta, pero sabemos que nuestros socios condóminos no escucharán a la Concertación. No les conviene. Ellos pretenden seguir llevando nuestra energía segura, limpia y renovable, a precios de banana. “Time que gana no se mexe”, dicen los brasileños. Si doce maletines con 100 mil dólares cada uno hacen maravillas, ¿por qué modificarlo? Es mejor gastar 1,2 millones de dólares en maletines y seguir “ahorrando” los aproximadamente 1.500 millones de dólares anuales por la VENTA de la energía paraguaya al mercado brasileño.
Se define en la economía al precio como la cuantía económica que un comerciante espera recibir por su producto, una vez que este se encuentra en el mercado. Mientras que el valor representa la cuantía que un cliente está dispuesto a pagar por un determinado bien o servicio. ¿Cuánto está dispuesto a pagar el Brasil por cada KWh paraguayo, hoy cedido? Estoy seguro de que mucho más que los escuálidos 10 dólares el MWh. En estos casi 50 años del Tratado y 38 años de generación, el Paraguay, la penúltima economía de Latinoamérica, ha financiado gran parte del desarrollo de la séptima economía del mundo y componente del BRIX.
Nunca se probó lo que Jeffrey Sachs recomendó: formar una comisión técnico-jurídica neutral y de alto nivel internacional (NNUU, OEA, BM, FMI, ETC). Si lo hacemos, se demostrará que hubo inequidad en el valor y el precio de la energía paraguaya cedida. Los números de la contabilidad, de la auditoría y de la matemática financiera oficial de la Itaipú lo evidenciarán ante el mundo entero. Si Brasil acepta el arbitrio, ganaremos el partido; si Brasil se niega al arbitrio, ganaremos el partido.
“No pienses que el dinero lo hace todo o acabarás haciéndolo todo por el dinero”, Voltaire.
Ámbito
Llega la hora de plantear el dilema jurídico de las binacionales en el ámbito del derecho internacional, tal como lo hicieron otros...
(*) Exasesor del DGP de Itaipú, del 2008 al 2012, hoy jubilado.
