Onda expansiva

La buena y la mala onda se contagian, el problema es que la mala se contagia más rápido y fácilmente, así una manzana podrida puede fundir todo el cajón si no se la detecta a tiempo y se la quita de entre las demás. Pero en las organizaciones, se trata de personas, de colaboradores valiosos, entonces ¿cómo y qué hacemos cuando tenemos un problema identificado de energía negativa?

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Podemos identificar a “quien contagia la peste” y lo expulsamos del grupo pero, ¿qué sucede si es todo el plantel de colaboradores el que pareciera que debe estar en cuarentena? ¿Qué pasa cuando el ambiente es pesado y tenso? Entonces, es momento de percatarnos de que la empresa necesita un cambio de visión, una mirada distinta donde el foco sea lograr que cada persona se sienta feliz la mayor parte del tiempo y, para ello, precisamos erradicar o, por lo menos, disminuir la presión y el estrés en el clima laboral.

Filosofía

Empresarios tradicionales criticarán arduamente la propuesta de que las empresas deben preocuparse por la felicidad de los colaboradores, al fin y al cabo el objetivo de la empresa es lograr rentabilidad, ¡no felicidad! Las personas deben separar su vida laboral de la personal, en el ámbito privado deben buscar ser felices pero, qué tiene eso que ver con la empresa. Incluso, si todos nos ponemos sentimentales, tendremos personas que faltan cada rato, distraídas por sus problemas personales, tendremos chimento de barrio en cada sector… ¡una locura!

Bueno, señores, ¡cuidado! Esos conceptos están bastante alejados del mundo empresarial moderno. Desde el momento en que definimos como característica ideal de los colaboradores el que sean personas íntegras, estamos incluyendo al ser humano complejo y maravilloso que ello implica. No somos seres divisibles por horario y temática apropiada, viaja con nosotros el mundo de emociones, dilemas, soluciones, amores y conflictos que vivimos en cualquier área de nuestra vida.

Así, cada vez más y acentuado por la presión de la nueva generación, los colaboradores no están dispuestos a perder su felicidad a cambio de un cheque mensual, el estrés está causando estragos en demasiadas personas y, por ello, esta enfermedad de la economía moderna está siendo tan estudiada, pues sus efectos son comprobables y requieren medidas urgentes por parte de las empresas que buscan sustentabilidad.

El Instituto Americano del Estrés (The American Institute of Stress) presenta los siguientes datos que representan una alerta importante para el sector empresarial: * Costo derivado en la industria norteamericana es de US$ 300 billones al año.

* 80% de los trabajadores padecen estrés vinculado con el trabajo.

* 1 millón de trabajadores se ausentan por día debido al estrés.

* 75% de las visitas a médicos encuentran en el estrés la principal causa.

Por otro lado, el Centro de Estadísticas Laborales de EE.UU (US Bureau of Labor Statistics) informó que el estrés produce un costo a los empleadores estimado en US$ 10.000 por año por trabajador (en ausencias, baja de producción y errores en la tarea). El Instituto Nacional de Seguridad Ocupacional y Salud de EE.UU. (National Institute for Occupactional Safety & Health) reconoce al estrés como la principal causa de enfermedades laborales.

Además, la Confederación Australiana de Sindicatos ha señalado al estrés en el primer lugar de las enfermedades ocupacionales. La ONU denomina al estrés como la “enfermedad del siglo” y la OMS habla de una “epidemia global”.

Entonces, no es de extrañar que cuando una persona se encuentre estresada, a causa de la presión laboral o el ambiente de trabajo cargado de tensión, busque otras opciones para ganarse el sustento. ¿Acaso, usted, no haría lo mismo? ¿Vale la pena enfermarse por cumplir las tareas propias de un puesto de trabajo? O cambiando el enfoque del análisis, ¿el trabajo digno no debería impactar en la persona para mejorar sus condiciones de vida?

¿Qué sucede en la empresa?

La empresa no es solo una organización económica en donde se conjugan los factores de la producción con el objeto de satisfacer necesidades del mercado y lograr rentabilidades. La empresa está formada por personas y para personas, desarrolla sus actividades inserta en la comunidad a la que sirve y por ende no puede abstraerse de ella, pues es la sociedad la que le provee de fuerza de trabajo, consumidores, proveedores y todo aquello que podríamos definir como infraestructura económica y social.

Entonces, la misma tiene un rol en la sociedad más allá de la mera producción y comercialización de sus bienes y servicios, lo que implica asumir compromisos sociales lejos de que esto signifique ser irresponsable económicamente. Hay una misión indelegable en la empresa: crear un espacio de actividad económica sustentable, donde cada colaborador pueda también desarrollar su tarea de manera armónica y en la búsqueda de una mejora en su calidad de vida.

Cuando ello se logra establecer en la organización, se puede notar:

* Incremento en la productividad, si el colaborador se siente a gusto en la empresa también está interesado en aprender y capacitarse para trabajar cada vez mejor, sintiendo satisfacción por la tarea bien hecha.

* Compromiso del colaborador con la empresa y con sus compañeros para lograr con éxito los objetivos.

* Mejor manejo de las situaciones de riesgo o incluso de crisis pues el ambiente de colaboración y cooperación permite sentirse respaldado, al tiempo en que se crean las condiciones para que la comunicación sea inmediata evitando se agraven dichas circunstancias.

* Fidelidad de los colaboradores, quienes se convierten en los embajadores de la empresa en la comunidad.

* Es difícil imaginarse un ambiente laboral libre de preocupaciones, riesgos, plazos de entrega, informes, clientes insatisfechos, competencia voraz, caídas del sistema informático, cortes de electricidad, problemas de salud, conflictos interpersonales y otras muchas situaciones que surgen diariamente y que a veces creamos nosotros mismos porque somos seres contradictorios y complejos.

Por ello, no estoy planteando un mundo de rosas ni filosofías de amor evitando imponer reglas o estructuras jerárquicas que desde luego ayudan, no solo a alcanzar metas sino también a marcar límites y responsabilidades. Solo intento señalar que, cuando el ambiente se daña con el estrés laboral y este se generaliza, se deja de producir en positivo y la empresa puede enfrentar crisis profundas. Si no nos encargamos de las personas, preparémonos a tener que hacernos cargo de sus problemas.

Hay una frase de autor anónimo que me gusta mucho y dice: No esperes los buenos tiempos para ser feliz, sé feliz y los buenos tiempos vendrán. Pero no es tan fácil ponerla en práctica, para lograrlo se precisa ser optimista. Imagínese si las personas con quienes trabajamos diariamente fueran positivas buscando la felicidad, ¿cómo sería el ambiente laboral? ¿Cómo sería la producción de la empresa? Sigamos hablando de dinero, porque así aprendemos a manejarlo mejor.

Difícil

Es difícil imaginarse un ambiente laboral libre de preocupaciones, riesgos, plazos de entrega, informes, clientes insatisfechos, competencia voraz, etc.

Crítica

Empresarios tradicionales criticarán arduamente propuesta de que las empresas deben preocuparse por la felicidad de los colaboradores.

gloria@ayalaperson.com.py

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