G. 25.000.000 para montar una cabina

Alquilar cabinas de fotos instantáneas contempla que los invitados de un acontecimiento puedan ingresar en ellas disfrazados con los accesorios de cotillón disponibles, dibujar su mejor sonrisa para presionar un botón en la pantalla touch y dejar que el sistema capture sus imágenes; las que encontrará impresas al salir del habitáculo, listas para ser llevadas, enviadas por correo electrónico o publicadas en las redes sociales.

Tres son las empresas más conocidas en el rubro: Photorock, Epuka y La cabina, pero el mercado asunceno concentra más de cinco que proponen “congelar el momento” en cumpleaños infantiles, fiestas de 15, bodas y eventos corporativos. En promedio, cada cabina es contratada seis a ocho veces por mes, cifra que asciende a más de 30 durante algunos meses del año.

“La idea fue de mi hermano y socio, Fernando Herreros, quien tiene una agencia de publicidad especializada en BTL –acrónimo de Below The Line, término empleado en referencia a una técnica publicitaria no convencional–. Él veía la necesidad de hacer algo divertido y que quede en el recuerdo”, cuenta Laura Herreros, propietaria de Photorock. En software, equipos (pantallas y computadoras) e infraestructura, la empresa familiar invirtió unos G. 30.000.000.

Crisley Figueiredo, de La Cabina, comenta que 16 años atrás, residiendo en Japón, vio este sistema por primera vez, pero solo en shoppings. En julio de 2014 volvió a verlo en Brasil, cuando surgió la iniciativa de traerlo al Paraguay.

En su caso, la inversión inicial en la estructura, cámara, impresora, cotillones, tarjetas, folletos, banners, entre otros elementos, que reunía el primer modelo de cabina con cortinas, fue de G. 22.000.000. Hoy ya cuenta con tres formatos distintos, incluyendo una combi.

Yalili Pukall se inició en este negocio junto con su hermano Arturo. Ambos invirtieron G. 25.000.000 para poner en marcha Epuka, cuyas prestaciones abarcan impresiones ilimitadas, operador, cotillón original y entretenido; además de la entrega de un devedé con las fotos, con la opción subirlas a Facebook, y el montaje y desmontaje de la infraestructura. Igualmente, ofrecen #Epuhash para que los interesados hagan fotos con sus smartphones y las compartan en Instagram con el hashtag del acontecimiento, por ejemplo: #bodamariayjuan. Estas se imprimen en el momento y se cuelgan en un tender, del cual se las retira cuando uno así lo desea. Mientras, un fotógrafo va tomando instantáneas con un iPad para quienes no utilizan Instagram.

Accesibilidad. Los precios varían según el servicio y tiempo contratado. El costo de la prestación está entre G. 1.500.000 y G. 4.350.000, conforme al uso de cabinas, combis o estudios fotográficos. “El más requerido para las fiestas, actualmente, es nuestro paquete de G. 1.850.000. Equivale a la cabina con cortinas o la inflable, por dos horas y media, además de cotillones, pendrive con todas las fotos y su impresión ilimitada”, explica Figuereido. Asimismo, graban un video de cada evento sin costo para sus clientes. Epuka contempla un paquete básico de dos horas de funcionamiento, durante las cuales es posible fotografiar a unas 100 a 150 personas, por G. 2.200.000, en tanto que su paquete premium, de cinco horas, para 400 a 450 personas, cuesta G. 4.400.000.

Photorock presenta las alternativas de minicabina y cabina completa por G. 2.200.000 y G. 2.900.000, respectivamente. Supone la impresión de fotos ilimitadas por cinco horas, y diseño y aplicación de logo a las imágenes.

Es un negocio que requiere tiempo e inversión para prosperar, más aún, cuando aparece la competencia. Y considerando que la gente se aburre rápidamente, pese a que esta tendencia se resiste a pasar de moda, necesita innovación constante.