El cuento que les voy a relatar es la historia de un niño todo vestido de verde, desde el gorrito con una pluma, hasta los finos zapatos.
Su nombre es Peter Pan y era un niño muy feliz que vivía junto a los jardines de Kensington, a los que iba siempre a jugar en compañía de todos sus amiguitos del barrio.
A veces volvía a casa con el traje un poco estropeado, y su mamá se lo remendaba, porque era el único que tenía.
Aunque era pobre, siempre estaba contento.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Peter Pan, como es lógico, iba también a la escuela; para llegar, tenía que andar mucho, pues en aquellos tiempos no existía el autobús.
Como siempre se sentía feliz, se alegraba de poder pasear, de poder contar cosas graciosas a sus compañeros y de pararse ante los escaparates de juguetes o de dulces.
Tenía la costumbre de llevarse un poco de pan para dárselo a los pajaritos de los parques que tenía que atravesar.
A veces, con todas estas paradas, llegaba un poco tarde a la escuela y la maestra le reprendía.
Sus resultados en la escuela no eran muy buenos, en parte porque en su casa nadie sabía escribir y, por otro lado, tenía tanta fantasía que soñaba con los ojos abiertos, incluso cuando estaba en el banco de la escuela.
Por la noche, antes de acostarse, se asomaba a la ventana: le gustaba mucho la luna, y se asombraba de que fuera de la Tierra en la que vivía pudiesen existir los planetas e incluso «otras cosas».
Su mayor deseo era el de poder volar.
Había probado muchas veces, pero siempre había tenido que renunciar.
Al fin una noche lo logró… y se sintió más libre.
Voló sin rumbo, y después pensó hacia dónde se dirigiría.
Ya había estado mucho tiempo en la misma bulliciosa ciudad, y no quería volver a un sitio parecido.
Su fantasía se puso en marcha.
En la escuela, se había interesado mucho por la geografía, aunque le fastidiaba no poder ir en persona a verlo todo.
Lo que más le había atraído era la lección sobre las islas.
¡Había tantas!
Seguramente, si se dirigía hacia el mar, encontraría alguna.
Volando rápidamente, descubrió una maravillosa mancha verde que armonizaba con el azul del agua, y decidió aterrizar para visitarla.
Se dejó caer suavemente sobre el mar y, aunque no sabía nadar, logró llegar a tierra: ¡qué esplendor!
Se encontró ante una gran extensión de arena, como nunca había visto, y adentrándose un poco en la playa, se halló metido en un bosque de árboles fabulosos, que en lugar de tierra tenía un prado de pequeñas setas rojas y amarillas que Peter Pan se guardó bien de comer, acordándose de las recomendaciones de su madre.
Sobre el libro
Autor: James Matthew Barrie
Título: Peter Pan
Editorial: Océano
Actividades
Responde.
Si pudieras volar, ¿dónde irías?
Menciona otras formas en las que puedes conocer los lugares que quieras sin necesidad de tener alas.