Ideas principales y secundarias
¿Cómo encontramos las ideas y datos en estos? Una forma sencilla es leyendo con atención los párrafos para descubrir en ellos las ideas y los datos.
Para llegar a interpretar cabalmente los textos no literarios, debemos distinguir entre ideas principales y secundarias. Las ideas principales son como la columna vertebral del párrafo; sin ellas, todo el texto se desarticularía y perdería sentido; son la información o los datos esenciales del párrafo. Las ideas secundarias son como las extremidades (brazos y piernas), por sí mismas no tienen razón de ser y separadas del cuerpo, no tienen ningún sentido; son la información o los datos complementarios.
En muchas ocasiones, las ideas principales están explícitas en los párrafos; en otras, están implícitas, por lo cual debemos inferirlas a partir de la identificación de palabras clave que nos dan indicios de lo que el texto quiere comunicar. En el primer caso, pueden ser localizadas al inicio, al final, en el centro, o expuesta al inicio y reforzada al final del párrafo.
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Debemos atender los párrafos que presentan definiciones, pues la mayoría de las veces, la idea principal está expuesta en todo el párrafo. Asimismo, debemos tener en cuenta la estructura lógica del párrafo: cronológica, que presenta los hechos en orden temporal; de enumeración, que presenta los datos enumerados secuencialmente; de causa-efecto, que expone en contraste las causas y los efectos de los datos, otros.
Leamos el siguiente texto:
Los primeros autómatas de la historia
(Fragmento.)
En el siglo VIII a.C., Homero, en su célebre Ilíada, ya describe a sirvientes mecánicos dotados de inteligencia construidos por Hefesto, el dios de la metalurgia. Entre el 400-350 a.C., Archytas de Tarentum construyó un pájaro automático. Entre 262-190 a. C., Apolonio de Perga inventó una serie de autómatas musicales impulsados por agua. Ctesibio también construyó autómatas musicales, cuyo sonido lo creaba el paso del aire a través de diversos tubos.
Y es que el término robot, que significa esclavo, viene que ni pintado: la sociedad griega despreciaba el trabajo, que era propio de esclavos (…).
Arquímedes fue el primer gran descubridor de las potencialidades de las palancas, las poleas y los planos inclinados, así como de los aparatos mecánicos capaces de actuar como brazos y manos humanas.
Herón de Alejandría ideó un mecanismo que abría y cerraba de forma automática las puertas de un templo. Y también una máquina de aplicación litúrgica accionada por monedas, tal y como explica Antoni Escrig en su libro El reloj milagroso:
En la entrada de templos, al introducir por una rendija una moneda de 5 dracmas, aparecía un pequeño chorro de agua para el lavado del rostro, a menudo obligatorio en los rituales religiosos. La moneda caía en un extremo de una palanca. Esta bajaba, alzando el otro brazo que, acoplado a una válvula, dejaba pasar el agua. Cuando la moneda caía del extremo, la válvula volvía a su posición inicial, interrumpiendo el flujo del líquido purificador.
También Herón de Alejandría inventó muchos ingenios mecánicos que se movían, como estatuas animadas que representaban animales. Todo gracias a la hidráulica y rudimentarias máquinas de vapor.
En la Edad Media se desarrollaron muchísimo los aparatos mecánicos, sobre todo en el arte musical, pues los primeros grandes órganos eran obras maestras de ingeniería. En el Renacimiento, lo predominante fueron los relojes. ¿Conocen la torre del Reloj de la plaza de San Marcos, en Venecia? En 1540, el artesano GiannelloDella Torre construyó para el emperador Carlos V un mecanismo con la forma de una joven que tocaba el laúd. La máquina caminaba en línea recta y en círculo, tocaba de verdad el laúd pulsando las cuerdas, y giraba la cabeza para mirar en derredor. Isaac y Salomón Caus se hicieron famosos por su pájaro mecánico que, sobre una rama, cantaba gracias a un mecanismo hidráulico. Luis XIV encargó al inventor alemán Gottfried Hautsch construir soldados mecánicos en movimiento, para los juegos del Delfín en Francia.
El obispo de Grossatesta, el papa Silvestre II o San Alberto Magno, todos ellos fueron constructores y dueños de autómatas. Con todo, muchos autómatas eran fraudulentos, como el Automatón de Maezal, que jugaba al ajedrez y había derrotado a príncipes y cortesanos, inventado por el barón Wolfgang von Kempelen, y que en realidad solo era un fugitivo con las piernas amputadas que se escondía entre los engranajes de la máquina.
Sergio Parra
Recuperado de:
http://www.xatakaciencia.com/robotica/los-primeros-automatas-de-la-historia.
Actividades.
1. Antes de leer el texto, deducimos su contenido a partir del título.
2. Leemos el texto propuesto.
3. Realizamos una línea de tiempo con los periodos y fechas históricas señaladas en el texto.
4. Señalamos el tipo de párrafo predominante según su estructura lógica.
5. Indica si es o no la idea principal del último párrafo la siguiente oración: «muchos autómatas eran fraudulentos».
6. De la cita de Antoni Escrig, de su libro El reloj milagroso, extrae la idea principal.
7. Infiere la idea principal del primer párrafo del texto leído.
8. Indica si el título es adecuado al contenido. Justifica tu respuesta.
