El texto teatral

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Como género literario, el teatro comprende las obras concebidas para ser representadas en un escenario ante un público. Se divide en subgéneros o especies, como la tragedia, la comedia y el drama.

• Las formas de expresión son el diálogo, el monólogo o el soliloquio, que se conocen con el nombre de parlamentos.

• Tiene acotaciones, que son las indicaciones dadas por el autor del texto para que pueda ser representado. Guardan relación con la actuación (movimientos, tono de voz, gestos, estados de ánimo) y con los aspectos técnicos de la representación (decorados, iluminación, música, utilería, vestuario, maquillaje. Van entre paréntesis).

• El autor del texto desaparece y cede el relato a los personajes. Su número varía según la complejidad de la obra y el tipo de contenido. El nombre va escrito en letra imprenta mayúscula.

Ejemplo

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La mancha de rouge

(Mario Halley Mora, fragmento)

Personajes:

CARLOS: padre

CELIA: madre

JOSÉ: el hijo

CARLOS: —Mirá, querida… vengo cansado del trabajo y... ¿por qué me mirás así?

CELIA: —No te miro a vos... miro... ¡esa mancha!

CARLOS: —¿Qué mancha?

CELIA: —Está en tu camisa. ¡Calavera! ¡Es colorete!

CARLOS: —¿Colorete? Je… je… No puede ser… debe ser tinta o lápiz de color... el que uso para puntear planillas…

CELIA: —¿A ver…? ¡Es rouge! (LLORA). Después de 22 años de casados…

CARLOS: —¿Y vas a llorar? ¿Pero creés de veras que…?

CELIA: —Hummm… es colorete… Sin duda alguna. Y a juzgar por el color, me traicionás con una rubia.

CARLOS: —¡Rubia! Salí… ¿la comida…?

CELIA: —Servítela vos (LLORIQUEA)

CARLOS: —¡Epa! Celia... ¿Pero estás enojada en serio?

CELIA: —¿Y te parece poco…?

CARLOS: —Pero… ¿es realmente colorete?

CELIA: —(APASIONADA) Es colorete… no hay duda alguna y si querés saber…

CARLOS: —(ENOJADO) No, no me digas la marca porque reviento. Está bien, es colorete.

CELIA: —¡Ya está! Mal marido… ¿confesás?

CARLOS: —Nada de confesar. Admito que es colorete.

CELIA: —¿Y admitís que es rubia?

CARLOS: —¡Nada de eso! Admito que es colorete, pero no tengo ni la más remota idea de cómo vino a parar a mi camisa. ¡Soy inocente!

Celia: —(ENOJADÍSIMA DE GOLPE) ¡Ese colorete dice lo contrario!

Entrada de José, el hijo

JOSÉ: —Buenas, buenas… eh… ¿qué le pasa a mamá…?

CELIA: —¡Odio a los hombres!

JOSÉ: —Viejo, hay tormenta… ¿Qué pasó?

CARLOS: —Poca cosa, ¡una mancha de colorete en mi camisa!

JOSÉ: —No me digas… (IRÓNICO) ¡Claro que sos inocente! ¿Eh…?

CARLOS: —¿Y por qué lo decís en ese tono?

JOSÉ: —Vamos… quién va a creer que vos… a tu edad... Je, je, je… Vaamos…

CARLOS: —(PICADO) Eh… che, no tanto apuro, que a mi edad te puedo dar algunas lecciones sobre el arte de conquistar que…

JOSÉ: — Mamá… ¡papá es inocente!...

CELIA: — ¡Hombres, hombres! ¡La solidaridad varonil en marcha! No, mi hijo, no trates de convencerme…

JOSÉ: —Es que… mami, esa camisa la usé yo anoche. Tenía que ir a… bueno… no interesa dónde…

CELIA: —Oh, pobrecito… ¡Lo que le dije!

JOSÉ: —(LLAMANDO) Papáaaaa

CARLOS: —(DESDE LEJOS) ¿Qué?

JOSÉ: —Vení a comer.

Carlos se aproxima

CELIA: —No, no, tesoro, no te sirvas la sopa, está fría… voy a calentarla…