¡Feliz día, papito hermoso!

Porque cuando me equivoco me ayudas, cuando dudo me aconsejas, cuando tengo miedo me animas y cuando te necesito siempre estás conmigo, hoy y siempre te digo: «Feliz día papá querido».

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Papá siempre quiere lo mejor para nosotros, por eso hoy te invitamos a celebrar el Día del Padre con esta historia que nos enseña la importancia de escuchar las enseñanzas de papá.

Los hijos del labrador 

Un trabajador y generoso labrador tenía dos hijos. Ambos eran muy testarudos y orgullosos. Desde el amanecer hasta el anochecer, los dos hijos del labrador vivían siempre discutiendo y peleaban por cualquier motivo, como quién iba a manejar el arado, quién sembraría, quién cortaría la leña, entre otros. Y cada vez que había una riña, ellos dejaban de hablarse por mucho tiempo.

A pesar de los esfuerzos de su padre por tratar de que se llevaran bien, la armonía parecía algo imposible entre los dos, ya que sus consejos no eran escuchados.

Preocupado por la situación, su padre decidió darles una lección para ver si estos no cambiaban sus sentimientos.

El labrador les llamó y les pidió que se fueran al bosque y le trajeran un manojo de leña. Los hijos obedecieron a su padre y una vez en el bosque empezaron a competir para ver quién recogía más leñas. Y otra pelea se armó.

Cuando cumplieron la tarea, llevaron la leña a su padre y este les dijo:

—Ahora, junten todos las varas, amárrenlas muy fuerte con una cuerda y veamos quién es el más fuerte de los dos. Tendrán que romper todas las varas al mismo tiempo.

Y así lo intentaron los dos hijos, pero a pesar de todos sus esfuerzos, no lo consiguieron.

Entonces, el labrador deshizo el manojo y les dio las varas una a una; los hijos las rompieron fácilmente.

—¡Se dan cuenta! —les dijo el padre—. Si ustedes permanecen unidos como el manojo de leña, serán invencibles ante la adversidad; pero si están divididos, serán vencidos uno a uno con facilidad.

Recuerden hijos míos: «cuando estamos unidos, somos más fuertes y resistentes y nadie puede hacernos daño».

Los dos hijos comprendieron la lección y dieron un fuerte abrazo a su padre.

Fuente

Cuentos infantiles de guiainfantil.com

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