Si la juventud se enfría es el mundo que tirita.

En diciembre de 1999, Naciones Unidas ha resuelto para que el 12 de agosto de cada año sea recordado el Día Internacional de la Juventud. Se trata de un llamado a los jóvenes para que sean protagonistas en la construcción de un mundo mejor, teniendo en cuenta los grandes desafíos por los que atraviesan en la cultura presente.

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Dentro de esta entrega asociamos este día a los jóvenes con el medio ambiente, es decir, jóvenes comprometidos con el futuro de la vida desde el punto de vista ambiental. Precisamente una de las características fundamentales de los jóvenes es la nobleza de corazón, que se traduce con las buenas intenciones que abrigan dentro de ellos. Enfrentadas a esta realidad están las grandes resistencias a las que se ven expuestas: traducidas en la falta de oportunidades y la consecuente marginación de muchos.

Irma Bokova, directora general de la UNESCO, decía precisamente en relación con este mismo recordatorio: “Los jóvenes son una fuente de ideas innovadoras, son los pensadores de hoy, que resuelven problemas y aceleran la consecución de la paz”; en este mismo tono está el otro dicho adjudicado también a los jóvenes: “Si la juventud se enfría es el mundo que tirita”.

Muchos podrían preguntarse: ¿Qué tiene que ver la juventud con el medio ambiente?, sencillo, quienes primero ven comprometido su futuro de cara al deterioro ambiental son precisamente los jóvenes. Ciertamente que todos nos vemos afectados por la degradación ambiental. Lo cierto es que los jóvenes no tienen el “poder” de hacer que las cosas cambien, pero sí los adultos, quienes estamos en el parlamento, en las industrias, en los poderes de decisión, quienes tenemos en nuestras manos la toma de decisiones que puedan propiciar que las malas acciones cambien a favor de todos, en especial de asegurar un mundo renovado a favor de las generaciones venideras.

Los jóvenes ostentan el poder de reunirse y lanzar su voz en reclamo por el modo en que se van encaminando las diferentes políticas que, a ojos vistas, empobrecen la vida de las personas. A pesar de todo, los jóvenes siguen siendo una potencia capaz de hacer que la vida se renueve a favor de todos.

¿QUÉ PODEMOS HACER?

Convertir al mundo en un país más habitable.

. Elaborar una nota al parlamento a través de la cual se manifiesten las disconformidades ambientales.

. Convertirse en el eco de los reclamos comunitarios para con la municipalidad del distrito de nuestra zona de influencia.

. Elaborar escritos aclaratorios y petitorios acerca de estos puntos y difundirlos a través de la prensa.

. Crear grupos de interés ambiental.

PARA TENER EN CUENTA

La juventud de hoy no puede ni debe ser pájaro encerrado en una jaula sin esfuerzo, sin ilusiones, sin expectativas, tiene que abrir sus alas y volar, en un cielo limpio y lleno de esperanza, contribuyendo al mejoramiento de la sociedad.

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