“Tenemos seis docentes del tercero de la media que no tienen rubros y que enseñan ad honorem. En algunos casos la comunidad les ayuda con la venta de chipa kabure, entre otras actividades para obtener recursos y ayudarlos aunque sea con el combustible de sus motos”, refirió.
Recalde lleva 22 años como director de la mencionada institución educativa, que tiene la modalidad de formación profesional agropecuaria.
“Buscamos formar a los jóvenes en una especialidad que, dada su condición de jóvenes rurales, pueden aplicar en su vida”, recalcó Emeterio.
Relató que los jóvenes reciben formación como para poder seguir con carreras universitarias o terciarias afines a la agroganadería, pero muchos de ellos a menudo enfrentan dificultades que guardan relación principalmente con la capacidad económica de sus familiares para poder financiar sus estudios en una universidad.
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Mayoritariamente son hijos de familias dedicadas a la agricultura familiar o bien de escasos recursos, por lo que la formación secundaria, bien específica, son las principales herramientas con que enfrentarán su futuro como adultos, indicó el director del colegio.
Sostuvo que ahí radica la necesidad de que el en secundario sean bien capacitados.
“Para eso requerimos de los recursos humanos necesarios en las instituciones educativas”, finalizó el educador.
