Ambientes integrados y armónicos para disfrutar la vida en familia se establecen en este piso con aberturas corredizas. Paredes de tono arena son el telón de fondo para apreciar las obras de artistas paraguayos de gran jerarquía, como Ignacio Núñez Soler, Pablo Alborno, Edith Jiménez, Koki Ruiz, entre otros. ¿Era posible que después de tantos años habitando una residencia se pueda llevar los preciados objetos que los acompañaron en la casa? Parecía difícil, pero la decoradora Bárbara Abente Pfannl cumplió este desafío. Trajo a esta propiedad horizontal muebles tallados que pertenecieron a padres y abuelos, sin acudir a la fórmula simple de comprar todo nuevo, con excepción del sofá en L enfrentado a la tevé. Muebles muy bellos y tallados expresan los rasgos de una época: vitrinas y mesas guardan cristalería y colecciones como la del mate, y obsequios de casamiento, luminarias que fueron de la abuela sobre una base de alfombras sueltas.
La sala muestra los tapizados originales de sillones importantes, con almohadones bordados y el comedor coronado por una lámpara de caireles.
El departamento cuenta con un espacio ganado al balcón, pues se puede cerrar con vidrios que lo aíslan de ruidos y cambios climáticos. La privilegiada vista fue uno de los puntos a favor de este edificio construido por el ingeniero Julio Gustafson, quien incorporó el ya clásico quincho con parrilla, que se esconde debajo de la mesada de granito hasta que se quiera utilizarla y, entonces, surge mediante un mecanismo electrónico. Un minijardín antecede al verdor intenso de los árboles en perspectiva y el sitio se organiza con muebles de hierro, madera, vidrio y artesanías. Única e irrepetible, el observador se apropia de una imagen para recordar.
Amadas plantas
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El departamento cuenta con plantas y flores del orquidario de la dueña de casa, que aprovechan la gran luminosidad natural y se adaptan a su nuevo hogar. El espíritu de la casa continúa encantando a sus visitantes. Sillitas con tapizado de cuero y banquitos con asientos de hilos coloridos también se ubicaron aquí respetando la funcionalidad. Igualmente hay platos de porcelana pintados, marquetería en mesas de apoyo y portarretratos que conservan su personalidad. Las arañas vuelven a brillar, como siempre, en un piso en altura.
Fotos Virgilio Vera
