Medir cada mueble y reasignarle otras funciones fue parte del trabajo que era crucial para que casi todo lo que estaba en la casa acompañe hoy a la familia en esta propiedad horizontal. Nos recibe la flor de liz de aluminio sobre un par de soportes de madera, que apela al significado de honor que le ha dado la historia. Se agregan focos vintage en el quincho que proporcionan un tono más cálido, junto a una lámpara de bronce añejada. Los muebles fueron lustrados y retapizados, como el camastro que incluso se achicó; abrigadas mantas, almohadones y una alfombra de vaca visten el sitio. El juego de comedor se coloca de modo oblicuo con ocho sillas de hierro sobre pisos de porcelanato pulido, un recurso de interiorismo realizado por la arquitecta María Luz Campos de Acosta, quien también cambió las capas de pintura de una biblioteca, que ahora es la base del plasma evitando la monotonía. Imposible abstraerse de los hilos conductores hacia el campo, porque hay detalles propios de la estancia: una faja, una guacha, mecedora, poltronas y sombreros. Pero también hay un encanto marinero: barcos y veleros llevan por ríos imaginarios que adornan el departamento del edificio Alta Gracia, construido por el ingeniero Julio Gustafson.
La cocina muy cómoda es el sitio elegido para desayunar los domingos, revestida de cerámica con estantes bajos y altos en concordancia con el granito. Los banquitos de madera pintados en tonos primarios y la vajilla descontraída alegran y remontan a épocas que valen la pena preservar.
Bellos cuadros
Numerosas obras de artistas locales, como Ricardo Migliorisi, Koki Ruiz, Francisco Torné Gavalda, Jorge von Horoch, Juan Gaja, Esperanza Gill, Carlos Benítez y Torres Díaz, se distribuyen en el área social. El sofá y los sillones poseen telas lisas y estampadas en tonos resistentes y un hermoso juego de comedor con tapa trabajada de marquetería admite detalles de fibras en las sillas.
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En el estar, las artesanías de cerámica y karanda’y homenajean a la madre y la vida, mientras que las puertas corredizas montadas a la perfección aseguran las habitaciones.
Fotos Virgilio Vera
